23 de abril de 2009

Paraguas

Todo lo que leo me provoca tristeza. Mi cara es la misma, está ahí inmóvil, el viento la aja. Camino sabiendo adónde voy pero me gusta imaginarme que el que me ve de afuera me ve errante.
“No se es vencido, ni aún vencido”, me lo repito, en eso creo que se me escapa en voz alta. Alguien dice algo de Almafuerte y yo sólo retengo lo último: “fuerte”. Así es como tengo que ser, así es como me enseñó mamá, así es como llegué hasta acá. Desconectar del resto del mundo, pero que no se note, “esto también pasará” y así se viene la decimoquinta.
Es como una habitación, pero al aire libre, con la torre enfrente que me muestra que el tiempo corre, y , piba, todavía no arrancaste, te vas quedando atrás. Entornar los ojos, la lapicera a mil, ni yo sé que voy escribiendo.
Se nubló de golpe, se vino la noche, y yo con paraguas pensando que iba a llover. La lluvia no es lo mismo que la oscuridad, nena, a la oscuridad no la frenás con un paraguas.
¡Qué estúpida! ¿A quien se le ocurre ir vestida de novia a una fiesta de disfraces?

2 comentarios:

proemioblog@gmail.com dijo...

Eso mismo que da tristeza, en algun momento sacara una sonrisa.

buen post! saludos!

Aluminé dijo...

Ya el comentario me sacó una sonrisa...

Gracias, proemio.