23 de junio de 2009

23 de junio

No quería dejar de escribir en este día.

Día de revelaciones.

El otro día empecé a escribir sobre las expectativas y abandoné a mitad de camino. Tuve la sensación de que las palabras que iban saliendo eran un gran sinsentido. Me preguntaba todo el tiempo si mientras uno espera aquello que cree que es la posta, se va perdiendo de lo verdadero que sucede a los costados, de la realidad que se aloja en lo imperceptible.

Hoy todo se hizo carne, tangible, poderoso.

La vida se deshizo en elogios hacia conmigo. Y le estoy agradecida.

Supongo que cuando pase el desborde podré ser más inventiva para ponerle nombre y colores a lo que siento. Ahora no puedo, estoy a puro festejo.

22 de junio de 2009

Mis cositas de hoy

lunes...

no hay palabras que me gusten más que las mías
las de hoy
corto
copio
pego
borro

arranco

lunes...

y no hay ganas que me copen más que las mías
salto
camino
corro

me enciendo

lunes...

son mis planes los que más me atraen
elaboro
pienso
actuo
disfruto

sonrío

lunes...

¿con qué me encontraré?

18 de junio de 2009

Ejercicio

Entre estas palabras hay palabras de otros:
Cheever, Pessoa, Yoshimoto.


Estoy incontrolablemente agitado. Voy a la ciudad y compro una botella de ginebra. Pienso que no vendrá mal un poco de alcohol para aflojarme. He tenido una mala noche. Susan se fue para siempre ayer por la tarde. Me gritó "cretino", y se alejó tras un portazo. No la entiendo, creo que exagera, pero la amo y no puedo vivir sin ella. Lo he ido descubriendo en los últimos tiempos, desde que he empezado a beber más.
Siempre fue ella, desde aquel baile en 1995 en el que la invité a bailar delante de todos, inclusive de su esposo, para luego besarla y llevarla a mi casa.
Ahora ella no está. Ahora tenemos otra eternidad y siempre era mejor lo que pasó. Bebo un trago en el auto aun sin arrancar. Me he quedado recordando los viejos tiempos con la mirada fija en la prooveduría. Me largo a llorar, no puedo evitarlo. La extraño, pero yo no quiero el presente, quiero la realidad. El presente es una mierda, ella debería saber cuanto me importa, debería volver y aceptarme como soy. Loca, después de todo, ahora que lo pienso, no es más que una loca exigente y pedante que no sabe lo que quiere. Me ha arruinado la vida, sin embaargo sé que la seguiré buscando sobre la colina, sobre el llano, entre la maleza, entre los matorrales, sobre el parque, sobre el cercado, a través del agua, a través del fuego.

13 de junio de 2009

Otra de taxi

Hoy nos subimos a un taxi con mi amiga, y me di cuenta de que ese chofer ya me había tocado en un viaje el año pasado... Me pareció un hecho novedoso y sorprendente. Sobretodo porque lo reconocí...

¿Estoy exagerando?

9 de junio de 2009

Máxima VI

Si en una noche fría de Buenos Aires, en la que no se sale muy convencida (más bien, hay algo que jode, una piedra en la bota), una sube a un taxi y el chofer es copado, la noche está salvada. Todo mejora.

6 de junio de 2009

Refugio

"Este texto nació de un ejercicio a
partir de un texto de
Clarice Lispector
titulado 'Es allí donde voy'"


Al lado del refugio está esa niña con cara de enojada que fui alguna vez. Está apoyada contra una pared, en un rincón, y me mira fijo. Me echa en cara que haya crecido, que la haya dejado sola. Trato de reconocerme en ella, pero ya ni recuerdo porque estaba enojada. Visto la misma pollera que ella, azul con tablitas. Intento explicarle que me perdí en la vida adulta, que me llené de responsabilidades, que me empecé a preocupar por todas esas cosas que ella no entendería. Perdí el sentido lúdico de la vida.
Entonces le propongo que hagamos algo, que juguemos al elástico o a las escondidas. Elegimos las escondidas, y mientras ella cuenta con los ojos cerrados, contra la pared, yo busco donde esconderme. Me doy cuenta de que no hace falta, ya me escondí. Cuando ella se de vuelta ya no me encontrará. Volví a mi lugar de siempre, a la vida real, y ella nunca podrá venir a buscarme.

5 de junio de 2009

Y volver, volver, volver...



¡HOY REESTRENO!





rocío (o el paisaje)
de lucía panno

Alguien dijo que uno vive dos vidas: la que vive y la que cuenta. ¿Pero cuál es cuál? Rocío tiene al menos dos versiones de sí misma. Dos cuentos en los que es la protagonista.


actuación
paula pichersky y aluminé cabrera
fotografía
ana zeigner
prensa claudia mac auliffe
diseño gráfico leandro ibarra
ilustraciones ana carucci
diseño de luces marcelo alvarez
música original ignacio margiotta
escenografía y vestuario mariana tirantte
co-dirección luciana carrasco
dramaturgia y dirección lucía panno

viernes 21.30 hs
El Camarín de las Musas - Mario Bravo 960
Reservas: 4862-0655
entrada $25 - $15 c/desc.

4 de junio de 2009

Subte A

Ayer me quedé media hora encerrada en los túneles del subterráneo, entre las estaciones Congreso y Pasco. Yo iba escribiendo. Desde estación Perú había decidido ir hasta Plaza de Mayo para viajar sentada. Esas corazonadas que una tiene.

El coche se detuvo y yo que iba distraída, pensé que estábamos en alguna estación. Hasta que comencé a escuchar las conversaciones de la gente, indignada, por supuesto. Los minutos corrían. Mandé mensaje para avisar mi retraso, y apenas terminó de enviar, mi celular murió, la batería nos abandonó en ese momento. Yo seguía escribiendo.

Al señor que iba sentado al lado mío le sonó el celular con una música de Sabina. ¡Depresión! Dijo: "Chau, bombón, cuidate". Yo pensé que nunca podría estar con un hombre que me llamara "bombón"... bueno, depende de que hombre... a Eddie Vedder le permitiría todo, sí, todo. Yo seguía escribiendo.

De repente la cosa se puso violenta. La gente comenzó a gritar: "Puto, abrí que queremos salir". Acto seguido, la inevitable rebelión. Muchas personas que habían abierto las puertas por su cuenta, caminaban por los túneles, mientras una señora gritaba que había electricidad en las vías, que no siguieran caminando. Horrible. Una chica cerca mío llamó a Defensa Civil, al 911, a la policía, pero yo pensaba que estaba hablando con una radio. Yo seguía escribiendo.

Habían pasado veinte minutos cuando me empecé a asustar. Escuchaba ruidos raros, y tenía miedo de que algo explotara, que viniera otro tren de atrás y se produjera un choque. Luego de un rato me imaginé que nos podíamos quedar así para siempre, viviríamos ahí, tenía que comenzar a sonreírles para que me empezaran a querer. Pensé que podía ser un poco "Lost" del tercer mundo, sin Jack y sin Desmond, que son mis preferidos, claro está. Sin embargo, me entristecí al pensar que ya no tengo ideas innovadoras, mi amado Julio Cortázar ya lo hizo, al escribir "Autopista del Sur".

Fantaseo con continuar esta historia con elementos fantásticos, quizás con alguna muerte, pero nada de eso. Pasada media hora desde que se había detenido, el subte echó a andar nuevamente. En la estación Río de Janeiro vi una chica que sostenía un palo de hockey. ¡Qué envidia! Ellas, las jugadoras de hockey, siempre tienen linda piel, lindo pelo, linda voz y lindos novios.

Cuando bajé, crucé miradas con un chico muy lindo que estaba parado en la esquina de Acoyte y Rivadavia. Nos miramos, y luego, al seguir caminando, me di vuelta para mirarlo y el hacía lo mismo. Es la tercera vez que esto me pasa en el último tiempo. Pero queda ahí... ¿Ninguno me va a invitar a salir?

En Castillo y Malabia

Un señor viejo con barba, viste una gorra sobre su cabeza, celular en mano, dice: "Más vale que juntes todos los juguetes, sino te cago a palos..."

¿Pedagogía pura?