26 de enero de 2009

Tedio de lunes

Me levanto. Así de dormida como estoy, me pongo a revisar la colección de revistas de abajo de esa mesa tan linda. No me lavé los dientes, no me tomé ni un mate. Busco, busco respuestas, busco que alguien lo haya dicho por mí. Quiero encontrar las palabras justas para este momento, y de paso la solución para mis males (pero soy conciente de que eso ya es pedir demasiado).
Ayer me dormí muy tarde, porque me quedé escribiendo eso del buen querer, de los que quieren bien. Entonces ahora quiero encontrar que alguien más lo diga, que alguien más lo desee, y, sobretodo, que a alguien más le haya pasado que no lo quieran bien, y lo cuente.

Finalmente, me llevo una revista cualquiera, y pienso que si no encuentro nada, no importa, me leo un cuentito inédito de esos que terminan por no gustarme, y al que le hago una crítica defenestrante (en mi Cabeza, obvio, no vaya el mundo a pensar que tengo el tupé de una crítica).

Salgo. Salir a la calle me parece un tedio, Buenos Aires me parece un tedio. En el subte lagrimeo un poco, no sé, estoy sensible. Es que estoy con un pasito adentro de algo, y un pasito afuera, como yéndome. Me voy, me voy, me voy...

Llego. Lunes. Calendario. MSN, Facebook, Blog. Tanta conexión para estar desconectada de lo que realmente me pasa. Igual sé que es un cliché hablar de la incomunicación en la "era de las comunicaciones", si lo dice Galeano es una cosa, pero si yo lo escribo en un blog es totalmente distinto. Peor, sí, sí, si yo lo escribo es peor.

Ahora ya me voy. Me voy de mi lugar de trabajo. Me voy del microcentro. Y también me voy un poquito de... ese lugar que no me está gustando.

Como me dijo hoy mi amiga Pau: "esto de ser minita..."

19 de enero de 2009

Palabras de chica tonta

Me pasa que hoy no me gusto, ni un poco. Amanecí miedosa, y con complejo de chica tonta. Me pasa que no me gusta lo que escribo, y lo hago igual, porque desde chiquita que canalizo por ahí. Me pasa que hay un cierto regodeo en este ataque a mi misma. Y cierta impunidad en publicarlo acá, cómo no!

Me pasa que ahora me persigo porque mis hermanos son malos y me dijeron: “Tu blog es como un diario íntimo”. Y ahora que lo miro, sí, es un vómito de mi realidad. Y me parece más de tonta aún.

Me pasa que estoy en un lugar del que me quiero correr y no puedo, por más vueltas que le de al asunto, caminando por el barrio. Y que nunca es ni soy suficiente. No hago todo lo que quiero, no resalto, ni estoy opacada. Y lo peor: me pasa que siento que soy la única a la que esto la corre y desvela.

Me pasa que todo es nuevo, pero no todo es lindo. Aunque algunas cosas sí, y mucho. Y entonces sonrío, pero enseguida me parece de tonta sonreír así.

Me pasa que estoy loca, y que mañana miraré con desprecio y cierta ternura estas palabras.

18 de enero de 2009

Fabricio II

Un domingo en el asfalto, el calor, el aburrimiento de la ciudad sumida en un verano que pasa en otros lados, menos acá.
Mi amigo ya partió. Mi almita se llenó de regocijo de verlo, de caminar por Buenos Aires como antaño, de beber unas ricas cervezas al ritmo de nuestras charlas eternas.
Ahora quedan todos esos modos de contacto que amortiguan la distancia, pero que no alcanzan para que este domingo no sea tan gris, tan vacío.

Me quedo con su sonrisa de sol y con su abrazo de "pana". Con el pequeño mundo que pudimos construir en estos días.

Y, sobretodo, con la felicidad de saber que existimos, que siempre nos vamos a querer, que siempre nos vamos a encontrar, acá, allá, o donde sea, porque el mundo le queda chico a tanta amistad.

12 de enero de 2009

Una tarde en particular

Se había olvidado de que este río tenía corriente. Y también se había olvidado de que el agua era helada. Así que en la orilla, con las piernas metidas hasta la rodilla, la estaba pasando mal. Miraba el agua, clara, clarísima. Intentaba que las piedras le arrojaran el mensaje. Pero nada. Al mismo tiempo sabía que era una estúpida por pensar así. “Sé que las respuestas están adentro mío, pero es que me da pereza buscarlas”. Pereza de alma, como cuando no tiene ganas de hacer una cosa, porque sabe que el resultado no va a estar tan bueno. Comenzó a cantar la canción que le venía de la noche anterior: “Miraba el cielo justo a tiempo…” Hacía mucho que no escuchaba esa canción, y mucho más que no la bailaba, y sonreía al recordar que la había bailado como en los viejos tiempos. “Dale, metete, no seas cagona”. El grito interrumpió sus pensamientos. Era meterse y ya, ella sabía que la cosa iba a mejorar una vez que se hubiera sumergido. “Todas esas estúpidas analogías con la vida”, se dijo a sí misma. Podía abandonar ahí, darse vuelta, subir la escalerita e ir a tomar una cerveza bien fresca a la sombra, o bien meterse y bancarse el frío, con la ventaja de sentir, como hace años no sentía, que la corriente la llevaba sin que ella tuviera que hacer un esfuerzo. “Esas estúpidas analogías con la vida”, se repitió. Contó para adentro “1, 2, 3” y se zambulló. Y la sensación fue muy buena, el agua le sentó espectacular, la despabiló. Y en ese momento, por un segundo, apenas unos instantes, se respondió que sí.

8 de enero de 2009

Ya

En escasas 10 horas estaré arribando a mi ciudad natal. La ciudad dónde nací, crecí, la ciudad donde me di mi primer beso. Por sus calles lloré todos mis amores no correspondidos (que fueron muchos, sí, La Mujer Con Cabeza nunca fue muy exitosa en el amor), por sus noches vagué de bares, cuando era una flamante neohippie de 16 años.

Cuando mañana sea de día, estaré aterrizando en la ciudad donde tomé mis primeras clases de teatro, sin imaginar que ese era un camino sólo de ida. Donde gané mi primer y único concurso literario, con un poema que era un desgarro de dolor por ese chico con boina, que fue la luz de mis ojos durante cuatro años, a pesar de que él nunca me quiso.

Hacia allí me dirijo. A darme un chapuzón de familia, amigos, compas de secundario, salidas, casamiento de hermano, todo en cuatro días, maratón de vida social de la que siempre, sorpresivamente, salgo ilesa y de buen humor.

¡Ay, ya me emociono! Mis tierras neuquinas me esperan de brazos abiertos.

(Buenos Aires, no te enojes. Vos y yo sabemos
que siempre te termino eligiendo a vos. )

5 de enero de 2009

Algo de verdad

Sin haber empezado a escribir, ya me late fuerte el corazón. Muy fuerte late. En esta ciudad hace mucho calor, y yo nunca estoy segura de estar diciendo lo que realmente quiero decir.
Creo que estoy acá, acá mismito donde quería estar. Aunque a cada rato las dudas me asalten, hay algo que está, como cuando le sacamos el palito al árbol porque ya puede crecer solo, así estoy. Puedo crecer sola (aunque mientras digo esto me aterro de pensar que mañana ya no lo crea).
Bisagra. Corren tiempos bisagras. Siento que por dentro la sangre corre con fuerza. Los piecitos me tiemblan porque estoy en pleno salto, y desde que decidí arrojarme al vacío, en ningún momento el miedo se apoderó de mí.
Soy una gran parte de la Mujer que siempre quise ser, y mientras releo esto que acabo de escribir, caigo en la cuenta de que es un montón. ¿No es mucho para un blog que cualquiera puede leer?

3 de enero de 2009

Máxima II

Todos los ferreteros son machistas. Si sos mujer y vas a comprar algo te tratan mal y te atienden apurados.

2 de enero de 2009

2009

Nuevo año, nueva casa, nueva vida.
Nuevos temores, nuevos riesgos.
Nuevas sorpresas, nuevos sabores.


La risa intacta, el cuerpo dispuesto, el alma sanando. La Cabeza a medio despejar, los ojos bien abiertos. El corazón late fuerte, aún no se recupera del salto al vacío del Año Viejo.


Me dispongo a atravesar este Nuevo Año con una sola premisa:

vivir.


Lo cual no es poco.