12 de diciembre de 2009

Bye bye, Sony (día de mierda)

Me levanto de buen humor, yo soy una persona que siempre se levanta de buen humor, es muy raro que la mañana me caiga mal. A pesar de todas las cosas que me quedan por hacer, que se suman al montón que vengo haciendo en estos últimos dos meses, léase estudiar, escribir, trabajar que es escribir, trato de no pensar demasiado. Es viernes, tengo tiempo, “time is on my side”, como canta Micky.

Después de tomar cafecito, leer los diarios y boludear un ratito (¿por qué no con esta mañana feliz?) me meto a bañar. El instinto femenino que no falla hace que mire para afuera de la bañadera, corriendo la cortina con mis manitas llenas de L’oreal Elvive. Sí, un río se desliza desde los azulejos colorados que se pisan en mi baño hasta el parqué tan bonito del pasillo. Agua. Mucha agua. Cierro las canillas tan rápido como caen las gotas llenas de espuma de mi pelo que también está lleno de L’oreal Elvive (para cabellos con tendencia a engrasarse). Desnuda, cualquiervecinoestaríafelizdeverme, correteo hasta la lavandería en busca del palo y el trapo. Busco también una bolsa y me lanzo a la inmunda tarea de meter una manita ya sin shampoo en el agujero del desagüe para sacar eso que tapa y que no podía ser otra cosa en una casa que habitan tres féminas: una bola de pelos. Termino de sacar todo el agua y vuelvo a bañarme, con el corazón acelerado y los ojos alertas a la inundación. Parece que lo arreglé, che…

Que pum que pam, llega amigo Adri, tenemos una cita, no entre nosotros, sino ambos con una chica, tampoco trío, estamos investigando algo… Algo que es largo y aún queda mucho de esta inmundicia de día.

Vamos al banco porque debo hacer el depósito que garantiza que yo siga teniendo techo en esta ciudad de la que me quiero ir cada vez más a menudo. Sacamos un numerito: 75. ¿Por cuál van? Por el 25. Epa, ¿qué tul? ¿Qué hacemos? ¿Un picnic? ¿Un almuerzo bancario? De cuatro cajas, hay sólo dos atendiendo, y encima en una hay una bancaria que ya la tengo calada, la de la caja 5 que habla y habla con cada uno que tramita, deposita o busca monedas. Van por el 36 y me canso. No me canso porque sea tarde y yo esté apurada, ni me canso porque los cajeros parecen estúpidos como el hermano de “Kevin creciendo con amor”. Me canso porque hace 11 meses que voy a depositar lo mismo, el mismo día de cada mes, y siempre igual: los hermanos de “Kevin…” atienden con la rapidez que ofrece el Banco de Scioli, con la mano mocha del gobernador. Me canso y me mando: “Disculpame, ¿el libro de quejas?”. El rati me manda al primer piso, en el que está la gerencia. Y de acá en más se arma una que es larguísima, pero que, para resumir, incluye:

- una clienta enfurecida (yo)
- un bancario un poco buena onda que siente empatía por mi malestar
- una hoja A4 en blanco donde deposito mi odio, que arranca con la frase “tengo el agrado de -dirigirme a usted a fin de destacar la pésima atención de esta sucursal”, y desde ahí, más y más bronca perfectamente redactada y hasta con cierto dramatismo
- una empleada forra y frustrada, y dos empleados que sólo están pendientes de las empanadas que se pidieron enfrente
- lágrimas (mías, obvio, lo que hace el hormonazo)
- una gerenta que me dice “con vos estoy perdiendo el tiempo, dame que te firmo la nota como recibida”

Salgo llorando, y amigo Adri que me banca en todas, empieza con esa teoría de que el problema no es el banco sino que estoy con muchas cosas y demás. Se me pasa con un sacudón de glucosa que sólo una coca puede aportar.
Vamos a nuestra entrevista. Decepción. Una mujer que investiga casos mafiosos que su mismo jefecito regentea… La investigación avanza firme, nuevas puertas que se abren…

Ya sin amigo Adri, me voy para el trabajo. Todo mal, ni siquiera puedo cerrar una página, llegué tarde y ya ningún funcionario me atiende (trabajo de reportera). Pero, entre cosita y cosita, me quedo hasta las 10 de la noche, y me voy con los ojos cansados y llorosos, de hartazgo. En el bondi hacia la casa de mi buena amiga Lula, analizo el día, lloro un poco, descanso otro tanto, y llego a la conclusión de que ya está, ya terminó el día.

Pero, apenas me puedo sentar en un banquito alejado de las cajas que anuncian que ese departamento quedará vacío después de las 10 de la mañana del otro día, y mientras mi buena amiga Lula me pasa una rapidita de queso y jamón, una atrás de otra, lloro a mares confiando mis penurias de bolsillo pelado y otras frustraciones.

Como un subibaja: llega el novio de América (de mi buena amiga Lula, si yo tuviera un novio de América, a) no lloraría, b) no estaría escribiendo a esta hora de la madrugada), al ratito mi colega Picachu, y todo se pone divertido, risueño, y yo contenta porque por mudanza ligué unas prenditas primavera/ verano de mi buena amiga Lula con las que pienso conquistar esta temporada.

“Es tarde, Picachu, vamos en un taxi”, digo y pedimos el coche.

Por fin en casa, es tardísimo y yo me tengo que levantar a las 9, voy a poner el desp… MI celular, oh, no!!!! ¿Mi celular? ¡MI celular! Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. ¿Cuántas veces me dije y recontra dije que ese bolsillo de esa camperita pedorra made in Palermo, adquirida en tiempos de solvencia económica, no debía usarlo? ¿Cuántas veces, estúpida?

Llamamos con Picachu a la empresa de radiotaxi, lo cual sirvió para comprobar una vez más que tomar un radiotaxi no sirve de una mierda. Llamamos a mi telefonito, claro está, y nos topamos con un misterio. Llama, llama, contestador. De nuevo, llama, llama, contestador. Llaman del radiotaxi, dicen que no encontraron nada. De nuevo al telefonito, ahora ni llama, directo contestador. Chau picho. A llamar a la empresa que me da el servicio para que ya no me lo den. Llanto, bronca, más llanto. Mientras hablo con la empresa, suena un ruido extraño (estoy hablando con el celular de Picachu). Corto y me fijo: una llamada perdida… ¡¡¡mía!!!! Ahhh! Desesperación, llamamos, llamamos, contestador. Llamamos, llamamos, contestador. Llamamos, el fin: “el teléfono se encuentra apagado o fuera del área de cobertura”. La empresa hizo real mi deseo.

¿Qué creyeron? ¿Que había final feliz? No, si no, no estaría escribiendo. MI celular estará lejos, en manos de otro, que se estará enamorando de esos mensajes de texto que atesoraba. La cursilería móvil que nunca pude/quise borrar.

Desvelada e incomunicada, así estoy yo, así estoy yo sin ti, Sony Ericsson W200. Hasta siempre. Nadie te querrá como yo lo hice.

1 de diciembre de 2009

Lacia

Lacio mi pelo

Lacias mis ganas

Lacio mi cansancio

Nudo en la panza

¿Dónde está ese maldito poema, Elsa Bornemann, que en google que todo lo sabe y todo lo ofrece, no está?!!!

Ay, ay, ay... ¿No basta con que te sonría? ¿Qué más necesitás?
(el morral no me lo voy a poner)


Decía Silvio

Ese señor que conducía "Grandes valores del tango" decía siempre: "un corte, una quebrada". Mmm... eso de la quebrada qué es?

En fin, aca estoy, pasé la quebrada?

"volví. decidí que un día tenía que hacerlo y lo hice. el lugar estaba igual. el miedo a que salieras de algún rincón era proporcionalmente igual a las ganas que tenía de que pasara. verte. olerte. sobre todo eso: olerte… raro…

'los sentimientos se me volvieron minimalistas', pensé mientras saltaba del colectivo.

tuve una imagen: paredes que transpiraban. yo daba por hecho que era humedad, pero me acercaba, lamía la pared y el gusto era salado. las paredes lloraban. esas paredes que una vez nos habían visto, lloraban. las paredes del lugar en el que una vez decidí sonreír y sonreíste, y luego fue una palabra, y dos, y de repente 'ay, hemos conectado', pensé después de aceptar que nos íbamos juntos del lugar, yo con mis piecitos que tenían vergüenza de mis deseos, vos con monedas en los bolsillos que hacían ruido, tilín tilín, tilín tilín..."


Esto lo encontré recién, lo escribí en este tiempito que estuve de licencia...

5 de octubre de 2009

Latir

yo pienso que algo
tendrá que ver
con que salió el sol
este fin de semana
salió mucho el sol
me pegó en los ojos
yo prefiero decirte
que no me estoy ríendo
estoy sonríendo
que no es lo mismo
mañana va a llover
y a mí qué me importa
a la noche hay fiesta
pasado mañana
vuelve el frío
ya fue
tengo otros planes
y a mis planes
no les molesta
el frío
fin de semana
parece
calorcito
otra vez
mejor así
aunque
los graffitis
en las paredes
no saben del clima
a ellos les da igual
a mí no
quiero
primavera
flores
coltrane
es lo que hay
y lo que hay me gusta

3 de octubre de 2009

Rosado

Y eso que cuando era chica no me gustaba el color rosado. Mi mamá insistía un montón con que me pusiera ropas de ese color, bue, mi mamá ha insistido con todo aquello que hiciera de mí una chica más agraciada, más femenina.

En fin, ahora está todo rosadito (y rosadito suena a perverso, como que los pedófilos deben usar esa palabra).

Voy a ver qué pasa, qué tengo para decir...


¿Qué tengo para decir?

12 de septiembre de 2009

La mapu

Hoy mi mapu cumple 105 años.

"Neuquén es compromiso, que lo diga la patria, porque humilde y mestizo, sigue siendo raíz..."

Eso es parte del himno.

Mapu es tierra. Che es gente. Mapuche= gente de la tierra.

No sé... quería compartirlo...

Algunas cosas

Yo te quise decir,
te quería decir ahí mismito
donde estábamos parados
que vos nunca ibas a saber.

No ibas a saber,
no ibas a tener idea,
ni la más remota,
de lo que yo iba a sufrir,
de la magnitud del problema.

No te dije nada, en cambio,
me quedé parada, bajo esa lluvia
que parecía de peli yanqui
(sólo faltaban los patrulleros,
son las cosas que más les gustan
a los yanquis en sus pelis:
lluvia y patrulleros).

Vos me habías querido dar un paraguas,
luego un piloto
que ponías sobre mi cabeza
como una publicidad de
phillip morris,
yo no quería nada de eso,
quería que me dijeras
eso que nunca me habías dicho.

Yo sí te dije,
te lo dije todo,
pero vos no entendiste,
no entendés,
ahora ya no importa.

8 de septiembre de 2009

Que alivio

Hoy el almuerzo me lo pagó el FIBA

Este Macri... casi me compra con unos helados de Chungo. Pero no. Sigo firme en mi convicción de tomar las armas (y de paso que en la redada caiga mi jefe).

Último momento

La vida me está costando un montón (un tocazo hubiera dicho en los '90).

Transport

El domingo viajé en colectivo a las cinco de la tarde y se subió el inspector que pide los boletos. Pensé dos cosas: una, pobre hombre, un domingo a la hora del mate con las facturas, pidiendo boletos a cuatro gatos locos que íbamos en el 106; la otra, ¿por qué pedir los boletos un domingo? bah, en primer lugar, ¿por qué pedir boletos? ¿se cuela la gente en los colectivos?, si se cuela, ¿no es mejor pedir boletos un día de semana? ¿qué les cuesta dejar que ese pobre señor se vaya a pasar su fin de semana en paz? Obviamente pensé en Europa, en que allá no hace falta pedir los boletos, la civilización civilizada y todo eso.

Luego, a la vuelta, me tomé el colectivo (también 106) a la una de la mañana. 1:17 decía mi boleto. ¡Tres cuadras de recorrido y se sube un inspector! ¡Peor! Totalmente inútil. Ese hombre debería estar durmiendo, o limpiando la grasa de la parrilla que quedó después del asado dominguero.

5 de septiembre de 2009

Pappo, el Carpo

Fisuré, dicen los Guarrior, otra veeeezzz. Estoy parada sobre una línea muy finita que divide una felicidad y satisfacción extrema de una sensación de que quisiera salir disparando del mundo y de mi vida. Raro. No sé.

Hoy pensé mucho en Pappo, supongo que por lo de la fisura, o porque ahora Viale está tan cerca del monumento, y también por pensar en esa canción tan linda que escuchaba con ese chico que en ese momento era lindo. Ahora ya no es lindo, por suerte, por gracia mía, porque me copé.

Tengo que limpiar mi casa, vienen mis amigos, hay festejo por los 29 palitos de helado que dicen "vale otro".

Ojalá ganemos hoy. Aunque a Brasil le tengo un miedo...

3 de septiembre de 2009

Bárbara Durand

Yo tuve los dos Angel Face, el que era más rosadito, y el que era más anaranjado, este último era el peor, te dejaba la cara como la tiene ahora Silvio Berlusconi.

Regalos

En 1996, cuando cumplí 16, mi mamá me regaló Luzbelito de los Redondos y mi primera planchita de pelo. Ahora que lo pensé, me pareció un combo medio raro.

2 de septiembre de 2009

Pelo

Me dejé crecer el flequillo y tiene ese largo que hace que esté poseída por el síndrome “Sergio Denis”.

(A propósito: el verdadero nombre de Sergio es Héctor Hofmann, y en la adolescencia salió con la mamá de mi amiga Roxana, en Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires, un pueblo con tres colonias fundadas por alemanes, de los buenos y de los malos)

Se viene, se vienen...

29 confites en forma de corazón dentro de una cajita forrada con un estampado de flores. todo cursi.

29 puntitos rojos sobre un papel glasé negro metalizado.

29 palitos de helado que digan "vale otro".

29 álamos de esos que paran el viento en la tierra en la que se plantan manzanas.

29 pizzas de jamón y morrón (o napolitana pero sin ajo).

29 sonrisas del chico más lindo de la cuadra.

29 vinchas fluo sobre cabezas con pelo recién lavado.

31 de agosto de 2009

En los '90...

se decía "falopa".

Y una vez, cuando tenía 14 años, estaba de vacaciones con amigas en un lugar de la cordillera, y al chico que me chapé en el boliche, le pregunté: "¿vos te das?".

Igual él era una nabo que para hacerse ver me había dicho que cuando llegara a la casa el padre lo iba a interrogar porque le iba a sentir el olor a "marihuana". Sí, dijo "marihuana". En el momento pensé que me estaba chapando un drogadicto, ahora que pienso, ningún pibe copado hubiera dicho "marihuana" en el '94.

Pero que lindo era. Se llamaba Ariel, y si hago un esfuerzo hasta podría recordar su apellido.

¿blog o no blog?

ahora está gris oscuro y las letras son anaranjadas, pero hoy fue negro por un ratito...

no sé qué colores quiero para el blog, no sé que quiero escribir en el blog...

no sé si quiero un blog...

no sé de qué color soy yo...

hoy me di cuenta de que existe la ciclotimia blogger, en vez de estados de ánimo, mi blog irá cambiando de colores, tipografías, imágenes... y por ahí nunca se queda con ninguna de las opciones...

como yo...

(cuánto punto suspensivo, che!)
n o s e m e o c u r r e n a d a

e s t o y a b u r r i d a d e m í

26 de agosto de 2009

Aterrizaje

Hace poquito viajé en avión. Y descubrí, contrario a lo que creía, que me gusta más el aterrizaje que el despegue. Me da más cosquillas en la panza cuando el avión está bajando a tierra. Esas cosquillas como las que te daban cuando el chico malo del colegio se fijaba en vos. Ese al que nadie conquistaba, ese que era trash, fisura, hablaba poco, pero cuando te decía algo, era eso que estabas esperando escuchar.

Y por ahí sí...

... soy de esas personas que duermen poco.


Sé que insomne no soy.

18 de agosto de 2009

De las pelis

No me gustan para nada las "historias verídicas". No me copa ni un poco cuando una peli empieza o termina con un cartel que dice: "esta película está basada en hechos de la vida real".

TODO está basado en hechos de la vida real, hasta Gremlins podría ser una historia verídica, es más, ¿cómo sabemos que no existen los gremlins?

Además, casi siempre una película que es una "historia verídica" es un golpe bajo, llena de lugares comunes.

Y más me revienta cuando la gente usa ese argumento como un valor agregado:

-"Ay, sí, que linda película esa."

-"Sí, además está basada en una historia real."

¿Además?

En los '90...


Se usaban el verde agua, el rosa viejo y el camel (este último nunca lo pude distinguir)

Clases

Mi papá se está dejando el pelo largo. Su pelo es finito, entonces se hace una colita que queda chiquita. También empezó a aprender a tocar la guitarra, está tomando clases. No sé si las dos cosas están asociadas, pero en mi cabeza me aparecen juntas. Hippie, definitivamente hippie. Se deja el pelo largo y toca la guitarra. Siempre quise que mi papá fuera hippie. Por ahí ahora se me da, aunque creo que él sería un poco hippie chic.

Me cuenta de sus clases. Me cuenta que su profesor de guitarra tiene mal de parkinson. "El rock 'n roll es lo que mejor toca, lo que mejor le sale", dice, y hace la mímica de los deditos en las cuerdas. Terrible.

Al rato agrega: "es como ir a aprender canto con un mudo".

15 de agosto de 2009

Casino Royale

De repente se acercó a la mesa un apostador nuevo que no conocía, nunca antes lo había visto. Hace ya un tiempo que trabajo en el casino, me cansa un poco la rutina, pero sigo adelante porque creo que este es el paso previo a la trascendencia. Algo así como una sensación metafísica, aunque yo no sepa bien qué es la metafísica, aunque mi sensación cambie todos los días.

Era un martes. Los martes viene menos gente a jugar, mucha menos. El salón se ve vacío y pareciera que el ruido de las maquinitas se potencia con el silencio de voces, murmullos y gritos de croupiers. Yo estaba en mi puesto de trabajo, parada al lado de la mesa de la ruleta, aburrida, nadie venía a apostar, entonces comencé a hacer una lista mental de las cosas pendientes, la lista de las compras de súper que sabía que no haría al otro día, porque me conozco, y sabía que al otro día me levantaría tarde, me conformaría con comer unos fideos con aceite y sin queso rallado, ¡por Dios, qué me cuesta comprar al menos un queso rallado!, y preferiría verme una peli antes que desperdiciar mis pocas horas vitales previas al trabajo encerrada en un Coto con música funcional de los '80.
En eso, apareció el apostador con ambas manos haciendo como una canastita que contenía un montón de fichas. "Tengo mucho para ganar y poco para perder", me dijo sin que yo le preguntara nada, sin que ni siquiera le hiciera una mueca. Pensé: "uf, uno al que le gusta conversar". Sonreí de compromiso y le pedí que apostara.

Ahí llegó él, el croupier, El Croupier, Él, (lo escribo así y pareciera que es como un Dios). Hacía varios días que no venía, parece que había estado enfermo. Vestía una camisa a rayas como de señor médico ya entrado en años que ha mandado a sus hijos a la universidad y ahora cada tanto juega al golf, a veces realiza tareas de jardinería, le gusta fumar habanos, y reír con Les Luthiers.

Me puse tan nerviosa que el apostador se dio cuenta y comenzó a mirar para la mesa de black jack, mientras yo me mordía el labio inferior y sentía que las orejas me hervían. Luego, se dio vuelta de pronto hacia mí y empezó a reír a carcajadas. No sé porque se reía así, pero no me dio para preguntar. Me quedé callada y le hice un gesto como de que vuelva a apostar y él puso todas las fichas sobre el 29. Tiré de la ruleta y al tiempo que giraba nos miramos fijamente a los ojos con el apostador, los dos quietos, expectantes. "Colorado el 30", grité con más fuerza que nunca, porque por dentro un poco festejaba que el apostador hubiera perdido por tan poquito. Me había caído mal, me había parecido canchero, sin ir más lejos se me había reído en la cara unos minutos antes.

Se paró. Me dijo: "Disculpame si fui grosero hace un rato". No supe que hacer, quería tirar de nuevo y que ganara, quería decirle que yo en realidad no era así pero que estaba despechada por el croupier de las camisas que no me registra, quería decirle también que ahora que lo miraba bien me gustaba su sonrisa, y que sus manos haciendo canastita me inspiraban ternura. "Todo bien", susurré como una estúpida, mientras pensaba que ya no me interesaba tanto trascender.

9 de agosto de 2009

Atenti

Aparece un hombre en la tele que pasea por Expoarmas 2009.
Cuenta a cámara, muy contento y orgulloso él, que "un arma es una máquina de hacer agujeros". Luego, el señor relata que hasta ha usado las armas para construir un mueble. Sí, para hacer los agujeros usa una carabina 22, "y después ponés los tornillos", agrega satisfecho.
No obstante, un rato más tarde este personaje da instrucciones para reventar a balazos a un delincuente que entra a su casa, a través de las cuales sugiere que lo ideal es llevar al intruso al "lugar más recóndito de la casa y ahí vaciarle un cargador". Pero dice que para evadir a la justicia y ser declarado inimputable, lo que hay que hacer es tomarse unos vasos de whisky y "papotearse" con una buena bolsa de merca.

¿Qué tal?

2 de agosto de 2009

Perfume casino

Es un casino, yo estoy sentada enfrente del croupier que viste una camisa rosa. No me gustan las camisas rosas, pero a él le queda tan bien. Claro, me doy cuenta de que me gusta el croupier. Entonces le quito atención a la jugada, y, obvio, pierdo.
Me voy caminando hasta mi casa porque ni monedas para el colectivo me quedaron. Una vez que empecé a perder no pude parar de hacerlo. No pude bajarme a tiempo. El croupier era muy lindo.
Al otro día pienso que debería robar un banco para poder tener plata para ir a jugar al casino y enamorar al croupier. No me animo, si soy una miedosa. Me voy a caminar por el barrio esperando que se me ocurra otra idea. ¡Ya está!
A la mañana siguiente me presento de punta en blanco en el casino con CV en mano. Les miento y les cuento que trabajé en el casino de Mar del Plata, pero que me vine a Buenos Aires porque quiero ser actriz. Aunque no lo demuestran, sé que se ríen porque dije que quiero ser actriz. ¿Será porque les parezco fea o creerán que no tengo talento? Igual me toman y no me hacen hacer ninguna demostración como barajar cartas o algo así. Creo que los cautivé con mis piernas. Además de punta en blanco me fui vestida con minifalda, soy fea pero no boluda.
Empiezo esa misma noche a trabajar. Me asignan la ruleta, justo, ahora que en mi vida todo es azar. Me ubico atrás de la mesa y me doy cuenta de que no estoy nerviosa. No me importa no saber qué tengo que hacer, he tenido mayores desafíos en la vida. Pero se me hace un nudo en la panza cuando lo veo. Está en la mesa de black jack de al lado y tiene puesta una camisa a rayas como un padre de hijos en edad escolar. Me saluda de lejos sin mucho entusiasmo, como saluda a todos los demás que pasan por ahí.
Me pongo fatalista, pienso que me embarqué en una tarea imposible: conquistarlo. Debe tener novia y seguro que está perdidamente enamorado de ella. Pienso que ella debe ser una estúpida, pero linda.
Llegan los apostadores. Un grupo de tres hombres viejos con muchas fichas en sus manos, y una señora enfundada en un sacón de piel que habla a los gritos y no para de reírse. “Hagan sus apuestas”, grito. Siempre quise decir eso, me creí el personaje.
Mientras la ruleta gira, miro para el costado adonde está él. Tira las cartas y no levanta la vista.
“Colorado el 1”, grito (me gusta gritar, creo que mi personaje de croupier debe hacerlo, pero además pienso que si grito voy a llamar la atención del “black jack boy”). La señora del sacón festeja, se llevó todo. Me alegro por ella.
Pido permiso para ir a fumar un pucho afuera. Apenas prendo el cigarro aparece el croupier, con su camisa rayada, que le queda tan linda como la rosada. Me saluda con una sonrisa. Le pregunto hace cuanto que trabaja ahí y me dice que desde marzo mientras se acomoda la camisa. Nos quedamos conversando y yo espero que no se note mi cara de embobada cuando lo miro. Terminamos el pucho y volvemos al salón mientras yo me pregunto qué camisa vestirá mañana.

29 de julio de 2009

Quisiera ser...

transgresora.
me parece que yo soy de la generación de las minúsculas. no sé... creo que las mayúsculas podrían ser un equivalente a gritar. a la vez pienso que la generación de mis papás son de la mayúscula, de respetarla a rajatabla.

sé que están para establecer cierto orden, y además (como aspirante a reportera y periodista medio tiempo) las sé usar correctamente.

pero en muchos textos queda todo tan lindo escrito en chiquito.

26 de julio de 2009

?

Majo acaba de decir: "Los griegos a la casualidad la llamaban magia".

Genial.
¡Cómo nos gustaba a Majo y a mí la canción "Cruzando puertas" de Robi Rosa!
Tanto, que ahora la estamos escuchando.
Ay de los recuerdos...

Una vez...

... salí con chico que era budista y estudiaba chino. En realidad no salí, me lo presentaron en una cita a ciegas y después otro día hablamos por teléfono y me contó que había ido a un casamiento chino y que no lo podía creer, y otro día también hablamos por teléfono y me habló de sus planes de irse a China, hasta que dejé de atender, lo dejaba sonar (al teléfono, que conste).

Y no, no funcionó. Que se le va a hacer...

zapping

Majo acaba de decir: "No, está muy difícil la televisión argentina".

22 de julio de 2009

Muy despacito

Abrió todos los cuarteles de invierno. Se cargó los fusiles al hombro. Está preparada para la batalla.

Ahora le ha pedido a su propio servicio de inteligencia que le brinde la información necesaria para poder elaborar las estrategias en pos de la conquista de los países neutrales, y para ganarle al enemigo, que es el miedo, siempre es el miedo, claro está.

Sin prisa pero sin pausa. Así, de a pequeños sorbos hay que beber la vida, así es como debe saborearse el triunfo. De a poco, como dice el Sr. Miyagi.

Le gustaría ser como tantos que lee o que escucha, quienes no tienen reparos en establecer enunciados a favor del amor, a veces mezclado con manifiestos políticos. Que pueden elaborar teorías de la vida misma mezclada con literatura eufórica e imágenes ricas en contenidos y descripciones. Por el contrario, ella vomita esto que le pasa, aquello que la atraviesa. Como ahora que se siente una niña, perceptiva, receptiva. Todo lo mira y todo lo admira. Eso sí: corre con todas las ventajas que otorga la imaginación.

Sin prisa pero sin pausa. Mientras, muele pimienta de a poquito, para agregarle un sabor más a la noche y a la vida.


21 de julio de 2009

El empleo del tiempo

Cuando abrí los ojos ya supe que era tarde. Pero fui benévola conmigo misma y me pregunté: ¿tarde para qué? Y me levanté de la cama con una sonrisa.
Café, galletitas y carcajadas. Ideamos planes supremos que no serán develados hasta dentro de un tiempo. La paciencia es la madre de la sabiduría, me dijeron ayer en medio de la trivialidad de la tarde, pero me dejó pensando y a la noche lo llevé a debate. A mí me cuesta ser paciente, pero me cuesta menos que antes. Yo lo atribuyo a la edad, todo lo atribuyo a la edad últimamente.
Hoy saqué las pelusas de la habitación, impregné sábanas de olor a lluvia, bailé con la escoba, y me pinté los labios de rojo furioso, sólo para estar en mi casa. La versión más coqueta de mí, me la guardo para la intimidad de color coral.
Hoy me tomé un ratito para pensar cuáles son mis influencias. No las encontré y me fui por las ramas.
Hoy pensé en cuántas veces a la semana se afeita un hombre. ¿Depende de la cantidad de barba? ¿De qué depende?
Hoy imaginé que él es de Libra, que sabe cocinar, y que está enamorado.

Pienso, todo el tiempo pienso. De hecho, por eso elegí La Mujer Con Cabeza. Por eso y porque cuando llegan las migrañas, muero por un ratito.

20 de julio de 2009

Barbas

Cuando era chica, yo pensaba que los papás que tenían barba eran más buenos. Es ingenuo pero un poco sigo pensando igual.

18 de julio de 2009

Sábado en mi cama

Estábamos todos en el living, y, cada tanto, cuando iba al baño, me preguntaba como serían tus noches de viernes. También recordé un vestido a flores, viejo, que sentí una vez que ya nunca volvería a usar. Ayer me di cuenta de que sí, de que lo volvería a lucir si un día de estos me invitaras a pasear de tu mano.
El mundo está dividido. Creo que afuera, en el vasto mundo, están las mujeres que tienen esas claves que yo no conozco, que saben de estrategias, cálculos y especulaciones que te llevan al triunfo inevitable. Yo estoy en esta vereda en la que estamos las espontáneas, las que hacemos todo mal, torpe, apresurado. A veces quisiera ser mala. Mala y soberbia.
Recién metí la medialuna en el café con leche y me reí sola acordándome de una anécdota en la que un pibe se enamoró de una mina porque hizo eso: mojar la medialuna en el café con leche. Quiero simpleza. Me tienta caminar esas tres cuadras que podrían acercarme a una verdad, pero me gana la fiaca, lo calentita que está mi casa.
Ahora me pregunto que hacés en las tardes de sábado.
Quiero cosas cursis.
También pienso que quiero un rocker. Que nos amemos con locura, pero que después parta una botella y me la ponga en el cuello porque me vio hablando con otro.
Voy a salir a caminar y seguir la luz de los faroles. Voy a dejar que me guíen, y si llego a vos que sea pura casualidad.

13 de julio de 2009

El finado

Estábamos todos en ronda, bailando y disfrutando de una noche improvisadamente feliz y pasó: "Beat it", del grandioso Michael Jackson, comenzó a sonar. Comenzaron los torpes intentos de bailar por parte de la mayoría, y mientras movía mis brazos y mis piernas torpemente, sin sentido alguno (por lo menos para mí), me pregunté:

¿Cómo se bailan las canciones de Michael si él se movía en esas coreografías como sólo él podía moverse?

¿Cómo se bailan sus canciones sin sentir que se está haciendo el ridículo?

7 de julio de 2009

no sé bailar

así como hubo una primera también iba a haber una segunda guerra mundial, me abruma pensar que pueda producirse la tercera. no uso mayúsculas porque me habilita a pensar en voz muy bajita, como para susurrar. esta posguerra está difícil también y yo pensé que no me iba a pasar de la misma manera.
el éxito es algo que rechazo pero a la vez me regodeo en sentirlo. me es inevitable pensar que esta vez triunfé yo. sin embargo, no dudaría un instante en festejarlo con vos. dentro de mi cabeza estoy yo vestida de fiesta, dispuesta a que me tomes de la mano, para que bailemos un vals como dos torpes. yo no sé bailar, y espero que vos tampoco.
miré a través del vidrio y en todas las esquinas estábamos nosotros. yo te regalaba mi mejor sonrisa y mi mejor abrazo. extrañarte es igual a estar vestida de clown frente a un público que venía a ver Shakespeare. extrañarte me hace sentir como una cantante desafinada que no se da cuenta de que tendría que dedicarse a otra cosa. extrañarte es como un viaje largo que parecía que iba a ser un placer y resultó una pesadilla de mareos y vómitos.
le puse sonidos a la noche. dejé que la música me dirigiera los pensamientos. me cayeron varias lágrimas y me tapé la cara. aunque camine entre desconocidos hasta delante de ellos tengo vergüenza de que sepan que lloro por vos.

2 de julio de 2009

Salvador

¿Por qué la exposición de Dalí que hay en el shopping Abasto se llama "Dalí para todos" cuando la entrada sale $ 35 y se compra por Ticketek?

¿Quiénes son "todos"?

Arranque

Junio quedó pobre de palabras, pobre de imágenes, salvo por esa foto que colgué a modo de título, y que por ahora permanece: "Pese a todo, sos todo". La vida es todo, pese a todo lo que ocurre. El amor es todo, pese a todo lo que se sufre. Esto último no sé si es una afirmación o una pregunta.

Ahora es julio, hace frío, tampoco tengo tanto para decir. Quiero escribir poesía, prosa, intento no hablar de mí, casi nunca lo logro. ¿Para qué tengo un blog? Creí que lo sabía, pero ahora ya no es claro.

Muchas buenas nuevas, mucho camino por recorrer. Nunca dejé de creer, pero siento que a veces soñaba para mí, en chiquito, en silencio, en letra minúscula. Tenía miedo a la ambición (aún le tengo cierto respeto), tenía miedo a querer demasiado y frustrarme por no concretarlo. Mis cumpleaños revivían la tortura de arribar a un año más sin nada de aquello que había dibujado a un costado de la hoja.

No, no me gané el Quini, ni me ofrecieron el protagónico de la próxima película de... (me quedó pensando en un director de cine y asumo que es mejor no elegir ninguno, ¡cobarde!). Pero es la primera vez que puedo decir que trabajo de lo que quiero, y que ser actriz se convirtió en un "viaje alucinante".

Es todo trabajo, dedicación y esfuerzo, pero hay dos decisiones que tomé en un momento (conste que no estoy segura de haberlo logrado por completo):

* sonreír más
* confiar en mí

¿Me quieren? Digan que sí, digan que sí!!

23 de junio de 2009

23 de junio

No quería dejar de escribir en este día.

Día de revelaciones.

El otro día empecé a escribir sobre las expectativas y abandoné a mitad de camino. Tuve la sensación de que las palabras que iban saliendo eran un gran sinsentido. Me preguntaba todo el tiempo si mientras uno espera aquello que cree que es la posta, se va perdiendo de lo verdadero que sucede a los costados, de la realidad que se aloja en lo imperceptible.

Hoy todo se hizo carne, tangible, poderoso.

La vida se deshizo en elogios hacia conmigo. Y le estoy agradecida.

Supongo que cuando pase el desborde podré ser más inventiva para ponerle nombre y colores a lo que siento. Ahora no puedo, estoy a puro festejo.

22 de junio de 2009

Mis cositas de hoy

lunes...

no hay palabras que me gusten más que las mías
las de hoy
corto
copio
pego
borro

arranco

lunes...

y no hay ganas que me copen más que las mías
salto
camino
corro

me enciendo

lunes...

son mis planes los que más me atraen
elaboro
pienso
actuo
disfruto

sonrío

lunes...

¿con qué me encontraré?

18 de junio de 2009

Ejercicio

Entre estas palabras hay palabras de otros:
Cheever, Pessoa, Yoshimoto.


Estoy incontrolablemente agitado. Voy a la ciudad y compro una botella de ginebra. Pienso que no vendrá mal un poco de alcohol para aflojarme. He tenido una mala noche. Susan se fue para siempre ayer por la tarde. Me gritó "cretino", y se alejó tras un portazo. No la entiendo, creo que exagera, pero la amo y no puedo vivir sin ella. Lo he ido descubriendo en los últimos tiempos, desde que he empezado a beber más.
Siempre fue ella, desde aquel baile en 1995 en el que la invité a bailar delante de todos, inclusive de su esposo, para luego besarla y llevarla a mi casa.
Ahora ella no está. Ahora tenemos otra eternidad y siempre era mejor lo que pasó. Bebo un trago en el auto aun sin arrancar. Me he quedado recordando los viejos tiempos con la mirada fija en la prooveduría. Me largo a llorar, no puedo evitarlo. La extraño, pero yo no quiero el presente, quiero la realidad. El presente es una mierda, ella debería saber cuanto me importa, debería volver y aceptarme como soy. Loca, después de todo, ahora que lo pienso, no es más que una loca exigente y pedante que no sabe lo que quiere. Me ha arruinado la vida, sin embaargo sé que la seguiré buscando sobre la colina, sobre el llano, entre la maleza, entre los matorrales, sobre el parque, sobre el cercado, a través del agua, a través del fuego.

13 de junio de 2009

Otra de taxi

Hoy nos subimos a un taxi con mi amiga, y me di cuenta de que ese chofer ya me había tocado en un viaje el año pasado... Me pareció un hecho novedoso y sorprendente. Sobretodo porque lo reconocí...

¿Estoy exagerando?

9 de junio de 2009

Máxima VI

Si en una noche fría de Buenos Aires, en la que no se sale muy convencida (más bien, hay algo que jode, una piedra en la bota), una sube a un taxi y el chofer es copado, la noche está salvada. Todo mejora.

6 de junio de 2009

Refugio

"Este texto nació de un ejercicio a
partir de un texto de
Clarice Lispector
titulado 'Es allí donde voy'"


Al lado del refugio está esa niña con cara de enojada que fui alguna vez. Está apoyada contra una pared, en un rincón, y me mira fijo. Me echa en cara que haya crecido, que la haya dejado sola. Trato de reconocerme en ella, pero ya ni recuerdo porque estaba enojada. Visto la misma pollera que ella, azul con tablitas. Intento explicarle que me perdí en la vida adulta, que me llené de responsabilidades, que me empecé a preocupar por todas esas cosas que ella no entendería. Perdí el sentido lúdico de la vida.
Entonces le propongo que hagamos algo, que juguemos al elástico o a las escondidas. Elegimos las escondidas, y mientras ella cuenta con los ojos cerrados, contra la pared, yo busco donde esconderme. Me doy cuenta de que no hace falta, ya me escondí. Cuando ella se de vuelta ya no me encontrará. Volví a mi lugar de siempre, a la vida real, y ella nunca podrá venir a buscarme.

5 de junio de 2009

Y volver, volver, volver...



¡HOY REESTRENO!





rocío (o el paisaje)
de lucía panno

Alguien dijo que uno vive dos vidas: la que vive y la que cuenta. ¿Pero cuál es cuál? Rocío tiene al menos dos versiones de sí misma. Dos cuentos en los que es la protagonista.


actuación
paula pichersky y aluminé cabrera
fotografía
ana zeigner
prensa claudia mac auliffe
diseño gráfico leandro ibarra
ilustraciones ana carucci
diseño de luces marcelo alvarez
música original ignacio margiotta
escenografía y vestuario mariana tirantte
co-dirección luciana carrasco
dramaturgia y dirección lucía panno

viernes 21.30 hs
El Camarín de las Musas - Mario Bravo 960
Reservas: 4862-0655
entrada $25 - $15 c/desc.

4 de junio de 2009

Subte A

Ayer me quedé media hora encerrada en los túneles del subterráneo, entre las estaciones Congreso y Pasco. Yo iba escribiendo. Desde estación Perú había decidido ir hasta Plaza de Mayo para viajar sentada. Esas corazonadas que una tiene.

El coche se detuvo y yo que iba distraída, pensé que estábamos en alguna estación. Hasta que comencé a escuchar las conversaciones de la gente, indignada, por supuesto. Los minutos corrían. Mandé mensaje para avisar mi retraso, y apenas terminó de enviar, mi celular murió, la batería nos abandonó en ese momento. Yo seguía escribiendo.

Al señor que iba sentado al lado mío le sonó el celular con una música de Sabina. ¡Depresión! Dijo: "Chau, bombón, cuidate". Yo pensé que nunca podría estar con un hombre que me llamara "bombón"... bueno, depende de que hombre... a Eddie Vedder le permitiría todo, sí, todo. Yo seguía escribiendo.

De repente la cosa se puso violenta. La gente comenzó a gritar: "Puto, abrí que queremos salir". Acto seguido, la inevitable rebelión. Muchas personas que habían abierto las puertas por su cuenta, caminaban por los túneles, mientras una señora gritaba que había electricidad en las vías, que no siguieran caminando. Horrible. Una chica cerca mío llamó a Defensa Civil, al 911, a la policía, pero yo pensaba que estaba hablando con una radio. Yo seguía escribiendo.

Habían pasado veinte minutos cuando me empecé a asustar. Escuchaba ruidos raros, y tenía miedo de que algo explotara, que viniera otro tren de atrás y se produjera un choque. Luego de un rato me imaginé que nos podíamos quedar así para siempre, viviríamos ahí, tenía que comenzar a sonreírles para que me empezaran a querer. Pensé que podía ser un poco "Lost" del tercer mundo, sin Jack y sin Desmond, que son mis preferidos, claro está. Sin embargo, me entristecí al pensar que ya no tengo ideas innovadoras, mi amado Julio Cortázar ya lo hizo, al escribir "Autopista del Sur".

Fantaseo con continuar esta historia con elementos fantásticos, quizás con alguna muerte, pero nada de eso. Pasada media hora desde que se había detenido, el subte echó a andar nuevamente. En la estación Río de Janeiro vi una chica que sostenía un palo de hockey. ¡Qué envidia! Ellas, las jugadoras de hockey, siempre tienen linda piel, lindo pelo, linda voz y lindos novios.

Cuando bajé, crucé miradas con un chico muy lindo que estaba parado en la esquina de Acoyte y Rivadavia. Nos miramos, y luego, al seguir caminando, me di vuelta para mirarlo y el hacía lo mismo. Es la tercera vez que esto me pasa en el último tiempo. Pero queda ahí... ¿Ninguno me va a invitar a salir?

En Castillo y Malabia

Un señor viejo con barba, viste una gorra sobre su cabeza, celular en mano, dice: "Más vale que juntes todos los juguetes, sino te cago a palos..."

¿Pedagogía pura?

31 de mayo de 2009

Otra de viernes

Sucede que ando con poco tiempo libre. Entonces, pobrecito mi blog queda relegado a ser atendido en los momentos de ocio, de vacío, que por estos días son muy pocos.

Aún así, no quería dejar de volcar un pequeño suceso del viernes pasado. Mi gran amiga Paulita coloreó con palabras de otro, el placer de vivir que me había invadido ese día...

Vía msn, me dijo:

Perfecto para tu dia...de felicidad o buen humor (para mi es lo mismo):

" A pesar de sus treinta años, Berta Young tenía momentos como éste de ahora, en los que hubiera deseado correr en vez de andar; deslizarse por los suelos relucientes de su casa, marcando pasos de danza; rodar un aro; tirar alguna cosa al aire para volverla a coger, o quedarse quieta y reír... simplemente por nada.¿Qué puede hacer uno si, aún contando treinta años, al volver la esquina de su calle le domina de repente una sensación de felicidad..., de felicidad plena..., como si de repente se hubiese tragado un trozo brillante del sol crepuscular y éste le abrasara el pecho, lanzando una lluvia de chispas por todo su cuerpo?¿Es que no puede haber una forma de manifestarlo sin parecer "beodo o trastornado"? La civilización es una estupidez. ¿Para qué se nos ha dado un cuerpo, si hemos de mantenerlo encerrado en un estuche como si fuera algún valioso Stradivarius? "

En general no me gusta mucho poner palabras de otros en este espacio... Siento que no es genuino, que no me describe, que no me identifica... Pero este texto me encantó, en realidad, mucho más que eso, me llegó en ese momento en que irradiaba plenitud.

No quisiera pinchar ningún globo (el mío menos que menos), así que me abstengo de ahondar en el día de hoy, en el que me quedé encerrada en el Stradivarius, no porque deba, no porque quiera. Simplemente, las condiciones desfavorables del desamor constante y la ausencia de esperanzas, me apagaron un poco las lucecitas.

Mañana será otro día. Esperemos que pueda encontrar un electricista de turno.

30 de mayo de 2009

Una de viernes

4 p.m.

Chat con mamá, que me dice:

"Hija, ayer me metí en tu página y leí lo de Onofra"

No sé, lo de página me encantó. Será que el blog no lo considero una página...

Acto seguido, mamá escribe:

"No te olvides de mandar paco, hijita..."

Pero ese fue mi hermano, que a través de su humor ácido le hace tipear a mi madre los chistes que él haría.

Mi familia es hermosa. A veces pienso que debería escribir más sobre ellos.

27 de mayo de 2009

Versión matinal

Las mañanas en las que despierto y tengo que salir apurada, no me gustan. Y menos si el destino final es mi trabajo.

Las mañanas son lindas, pero adentro de mi casa, con un café en la mano, escuchando la radio, leyendo. Las mañanas son lindas para recorrer el barrio, comprar verduras, recibir el sol que pega en la cara, aunque el frío cale hondo y el cuello de la polera no alcance.

Pero, definitivamente, las mañanas en el microcentro porteño son horrendas. Gente con caras grises, ropas grises, estados de ánimo grises, caminando peatonal Florida como si llegaran tarde a sus propias vidas, como si ya hubieran llegado tarde, y ahora se resignaran.

Yo, en cambio, saqué a relucir mi versión unplugged. Si la mañana me apura, yo camino más lento, si el reloj me insiste, yo le doy vuelta la cara.

Mal no me fue. Al momento de decidir, elegí justo eso que quería.

Así que a vos no te sonrío más.

25 de mayo de 2009

Vacío

¿Por dónde empiezo a hacer todo lo que tengo que hacer?

¿Existe algún modo de fabricar las ganas?

¿Cómo se combate la angustia de un feriado que es como un domingo?

¿Cómo evito la dispersión?

Pienso que quisiera ser más linda.

Quisiera ser una actriz francesa de ojos claros, que además canta y está por sacar un disco que, obviamente, será un éxito.

Quisiera ser una científica que está tan ensimismada en sus investigaciones que no tiene tiempo para pensar en nimiedades como el amor, qué hay para cenar esta noche, o a quién votar en las próximas elecciones.

Quisiera ser una gaviota sobrevolando el océano.

Hoy quisiera ser otra.

24 de mayo de 2009

Onofra



Ayer murió. La mataron.
Puedo jurar que era imposible no ser feliz cuando ella me miraba. Ella sabía perfectamente que era mi preferida, y aprovechaba esa condición.
Onofra me vio llorar, reír, putear, me vio irme y me esperó al llegar, aunque eso sucediera cada tanto, cada mucho más que lo que ella y yo deseábamos.

16 de mayo de 2009

La Mujer Con Cabeza va a clase

Desde que era chiquita que escribo por instinto. Es usual que mi mamá cuente orgullosa que aprendí a leer y escribir perfectamente a los cinco años. No tengo idea de si ese es un valor agregado para mi persona. Yo nunca le di una importancia mayor.

Seguí escribiendo a lo largo de los años. Como dato de color, puedo aportar que a los quince años gané un concurso literario en el que competían cuatro colegios de la ciudad, con un poema que a esta altura me parece bastante horrendo (pero que si insisten, es seguro que lo postee), que estaba dirigido a ese chico con boina que nunca me quiso, ya antes citado en este blog. ¡Y aún no puedo creer que se lo dediqué a pesar de que nunca me besó!

Pienso que el hecho de que hoy sea actriz, y además, estudie para ser reportera , tiene que ver con las sendas que van de la mano de las letras.

Este año decidí enmarcar todo ese caudal de compulsión por poner en palabras la existencia misma. Y tengo una profe, claro está.

Ella es la que tiene las claves, todas las claves. Su mirada es atenta, su sonrisa es contagiosa, su saber es infinito, y, lejos de mezquinarlo, lo comparte, lo transmite, lo encauza. Es clara, aguda, y meticulosa para hallar el camino indicado para que yo encuentre lo que quiero expresar.

Y, lo mejor de todo, es una gran amiga...


Los textos que están a continuación, "Las palabras intrusas" y "La amiga de la moda", son fruto de experiencias de clase, y, espero, germen de futuras historias. No he cambiado ni un solo punto. Están tal cual nacieron en el taller. Pueden visitar los sitios de mi grandiosa seño (¡que además dibuja!):
(dedicado a Lú, a quien le estoy profundamente agradecida)

La amiga de la moda

Lana Lobell pensó en ella. "En mí", dijo, y le sonó a una nota musical. ¿Y si ella era como una nota musical? La nota dura un instante, pero luego puede repetirse y repetirse en una melodía.

A Lana la llaman "la amiga de la moda". Comenzó de joven, vendiendo unos vestidos coreanos. En realidad no eran coreanos, los fabricaba en su casa pequeña de modesta costurera, en las afueras de La Plata. Aún así, le fue muy bien. Con unos ahorros pudo abrir su empresa, chiquita al principio.

Pero el tiempo voló para Lana, y fue su mejor aliado. Ella fue la que impuso la frase: "Se puede tener una gran historia de amor con una chaqueta", y de ahí en más, todos fueron éxitos. Todos, menos uno, que al día de hoy la persigue. Aunque parezca una tontería.

Al inaugurar su gran compañía "Lana Lobell Inc.", tal como hoy se conoce, la mujer descubrió el error: el cartel de la fachada de la empresa rezaba"Lana Lobbel Inc.". Un desacierto que hasta hoy la acompaña. Al ser supersticiosa, nunca quiso cambiarlo. De modo que mandó a cambiar todas las etiquetas de las prendas por ella fabricadas para nombrarlas con la nueva denominación.

"Todo se puede tapar con una etiqueta", reflexiona hoy, veinte años después, sentada en la gran alfombra que decora su oficina. En lo que no quiere pensar es en aquellas cosas que no puede tapar con una etiqueta.

Como el amor. Ella pensaba que eso iba a llegar, así como llegaron los éxitos, los logros que tanto había soñado.

Lo había pensado como una operación matemática. Porque uno piensa que después del nueve viene el diez, pero a veces no es así, a veces después del tres, no viene el cuatro tampoco.

Lana se consuela, como tapando con una etiqueta: "No quiero el orden pre establecido de las cosas", se miente. Y suspira.

Las palabras intrusas

Todos los días voy a trabajar. Siempre entro a las doce del mediodía, pero no siempre me tomo el subte a la misma hora. Eso sí, la prenda íntima nunca olvido de ponérmela. Sería un horror salir sin corpiño. Un mediodía, cual cazador oculto, me mezclé entre la gente que iba abarrotada contra las puertas, buscando el cartel del vagón que dice "No incinerar". No lo hallé, sin embargo. Me habré confundido con el cartel de los colectivos. ¿O ése es "No salivar"? Dios nos guarde de perder la memoria de esta manera. Decía que me mezclé entre la gente. Luego de no haber hallado el cartel que buscaba, me quedé parada en esa especie de anestesia que es viajar en subte en hora pico. Viajar en hora pico es como un grandes éxitos, como ese hit que siempre escuchás.

12 de mayo de 2009

El padrinazgo

Así sin más. Un día llega. Ese día, una mujer se levanta con migraña, cansada. El corazón viene arrastrando penas que no le pertenecen. Y hay un click, una bajada inevitable.

Ese día, una mujer decide que ya no más.

Ese día es hoy. Yo vi a esa mujer.

Tarareó una canción que la sobresaltó horas atrás, entre sueños. La cantó: "Hay que sacarlo todo afuera, como la primavera"

Y en honor a la estación del año en que todo florece, en que una empieza a sonreír con los primeros calorcitos que abrigan la esperanza, se arrojó a plasmar los deseos reprimidos.

El día llegó a su fin. Esa mujer sonríe. Viene la noche. Nubosidad variable con probabilidades de chaparrones aislados.

9 de mayo de 2009

Lapsus

A veces me pasa que me desconcierto... Que quedo paralizada. Escribir se me hace una tarea difícil porque... ¿Qué decir? Contar la vida cotidiana es en general un plomo, salvo que en la calle se haya escuchado alguna conversación gloriosa, o se haya encontrado a la vuelta de la esquina la clave para sobrevivir al sopor del día a día. Es ahí que me quedo muda. ¡Cuántas veces en esta semana abrí el blog! Los dedos en el teclado totalmente predispuestos, a sus marcas, listos... ¡Pam! Parálisis. Entonces, hoy vuelvo a la carga. Aún no sabiendo bien qué decir, ni de qué hablar. Simplemente me pongo a pensar en que todo anda tan lindo por acá, por mi vida, y me pregunto si no será por eso que no escribo, que no me salen las palabras.

Hace muchos años, un profesor explicó algo que me quedó flotando en un rincón, y cada tanto lo recuerdo. Hablaba de que un músico practica durante muchos días, semanas, meses con su instrumento. Seis, siete, ocho horas al día. Pongamos, por caso, un violinista. Ahí está él, practicando. Todos los días intenta sacar esa nota, ese acorde. Hasta que un día lo logra. Le sale. Y ese día, nuestro músico no piensa: "Sí, que mágico, hoy me salió". No. Sabe que todo ha sido fruto de su esfuerzo, de su tezón para llevar a cabo su objetivo.

La vida es eso. No es que hoy esté más resuelta, mas despejada, que tenga tanta claridad porque sí. He practicado, y sé que mucho. Años y años he invertido llevada por mi deseo de mejorar, de querer ser feliz.

Lo bueno es que en el camino he ido encontrando cosas que no esperaba y he descartado muchas que creía que formaban parte de la verdad. Aprendí que puedo (y debo) pedir ayuda si me desbordo. Que no soy genia y que tampoco tengo porque serlo. Que me basta con lo que hoy soy, porque eso muta todo el tiempo. Sumo algunas virtudes de tanto en tanto, resuelvo los defectos que puedo, y los que no, quedan acá, convivo con ellos.

No, no estoy leyendo autoayuda, de hecho la detesto. No me copa Osho, me parece una porquería. Tampoco se trata de Dios y religiones, soy agnóstica. Sigo defenestrando el new age, los caminos espirituales y demás inventos de esta era.

Simplemente, atravieso un rapto de claridad, el aire circula. Conecto.

Lo obvio es que enseguida aparece el miedo de que mañana no crea en esto, y mi ciclotimia quede tan expuesta... Pero eso no quiere decir que hoy estas palabras no sean verdad, ¿no?

Ahhhhhhhhh. Al pensar en publicarlo, ya me asaltan todas las dudas. Mejor lo hago rapidito.

2 de mayo de 2009

Ocio

Café, mate, té, melba, otra melba, un vasito de fanta.

Youtube, película, msn, youtube, otra película.

El puf me envuelve.

Quisiera tener la energía que necesito para realizar esas cosas que ayer enumeré en la agenda.

No.

Me acabo de servir otro cafecito.

El ocio se apoderó de mi. Ocio de sábado por la noche.

29 de abril de 2009

Bien

Me voy a cualquier lado que sea lejos...

Pienso en creatividades varias que lo único que hacen es ocultar una personalidad cínica, perturbada. Una mezquindad irreparable.

Pareciera como que estoy enojada, pero no. Ni un poco.

A veces estar híperconectada con la virtualidad y la realidad tiene muchos beneficios. Siempre aparece alguien que me cambia el día, con una sonrisa, una palabra oportuna, un chiste genial.

Pareciera que estoy dolida. Aclaro que tampoco.

Tengo los cinco sentidos abiertos, puestos a disposición de vivir. Nada me atraviesa, soy consciente de que todo sucede por algo. Yo elegí hace rato, y es evidente que me fue bien.

Escucho música cursi, canto a los gritos por la calle, me río de todo, y le sonrío a quién así lo desee.

"A veces no entiendooo porqueeeee tiene un corazón taaaaantoooo dolor. Yo estoy bien, yo estoy bien"

28 de abril de 2009

Máxima V

Las charlas en el ascensor con aquellos vecinos que uno nunca ve, o se cruza cada dos por cuatro, son definitivamente insoslayables. Ya nada funciona. Ni hablar del clima, ni de la gripe porcina, ni del reciente aumento de expensas.

Y si se trata de ese vecino tan lindo con pantalones chupines y guitarra a la espalda, peor aún... El vacío es insostenible.

Mejor hacerse la zonza, quedarse atrás y esperar a que suba tranquilo, mientras se simula estar buscando algo en la cartera, o escribiendo un mensaje de texto.

27 de abril de 2009

Tercer tiempo

Hace calor. Se detiene en un puesto de revistas. No mira nada porque se distrae con el olor. Es un olor conocido. El aire huele a otro tiempo. Huele a unos meses atrás. Es raro, pero es así. Así que se queda ahí, quieta, solamente conectando con esa sensación. En su mente se instala la palabra "decisión". Tararea un tema de Mimí Maura y se va alejando, del olor, y del recuerdo.

23 de abril de 2009

Paraguas

Todo lo que leo me provoca tristeza. Mi cara es la misma, está ahí inmóvil, el viento la aja. Camino sabiendo adónde voy pero me gusta imaginarme que el que me ve de afuera me ve errante.
“No se es vencido, ni aún vencido”, me lo repito, en eso creo que se me escapa en voz alta. Alguien dice algo de Almafuerte y yo sólo retengo lo último: “fuerte”. Así es como tengo que ser, así es como me enseñó mamá, así es como llegué hasta acá. Desconectar del resto del mundo, pero que no se note, “esto también pasará” y así se viene la decimoquinta.
Es como una habitación, pero al aire libre, con la torre enfrente que me muestra que el tiempo corre, y , piba, todavía no arrancaste, te vas quedando atrás. Entornar los ojos, la lapicera a mil, ni yo sé que voy escribiendo.
Se nubló de golpe, se vino la noche, y yo con paraguas pensando que iba a llover. La lluvia no es lo mismo que la oscuridad, nena, a la oscuridad no la frenás con un paraguas.
¡Qué estúpida! ¿A quien se le ocurre ir vestida de novia a una fiesta de disfraces?

20 de abril de 2009

Pocholo, pochoclo

Un poco que empezó con el amor. Bah, con eso que yo creía amor. En realidad pura pavada. Lo mejor vendría después, la vida propuso algo mejor.


Ya por aquellos días él tenía esa sonrisa que irradia sol, que cura bajones. Era (es) altísimo, y tenía rulos de Principito.

Yo era rebelde, artista precoz, desfachatada, medio hippie, medio alterna. Una boluda, sin más.


Nuestro romance pasó sin pena ni gloria , apenas sirvió para unos poemas pseudo suicidas y unas cartas postales que aún conservo con la vergüenza ajena que me produce mi adolescencia.


Luego, ya no nos vimos. Elegir significó que cada uno comenzara su búsqueda y el híbrido entre amor y amistad que nos unía no era tan fuerte como para extrañarnos. Nos perdimos el rastro, nos perdimos en cosas que parecían importantes, como diseñar un camino que después nos resultó imposible a ambos. Creo que al salirnos de ese camino, empezamos realmente a caminar. Pero eso es empezar a contar otra historia.


Tres años después, un mediodía de mucho sol, el día que comenzaba la primavera, nos reencontramos en la puerta de mi vida porteña. El itinerario incluyó una tarta en mi hogar, un paseo en el Parque, con helado incluído , y una promesa de volvernos a ver pronto.



Tal cual.


Lo que sigue es la síntesis de la amistad más noble que se pueda tener. Él me salvó de todo. Él estuvo ahí siempre. Los años de posguerra fueron muy duros, pero a fuerza de películas y visitas a tenedores libres, salimos adelante.


Durante un año entero, vivimos bajo el mismo cielo porteño. La paz había llegado para quedarse, y nos dedicamos a disfrutar. No puedo elegir uno entre tantos recuerdos, pero él sabe que aún le debo una frazada.


Ahora no está. Una vez más, elegir significó separarnos, pero no de alma ni de corazón.


Feliz cumple, Pocho. Hoy, 20 de abril, es el día de mi amigo Fabricio.

19 de abril de 2009

Entre sueños...

Nueva York está más cerca de lo que pensaba. Es domingo ¿y justo tiene que llover a chorros? Una avenida completamente inundada. Un barrio pobre. Un departamento chico, lleno de cosas, dos habitaciones, dos cuchetas en cada habitación. Hay mucha gente. Yo estoy empapada. Te pido que me prestes un par de medias, y que te vas a tomar después me decís y tu cara lo expresa todo. Un poco que no querés que me vaya, pero el tren que va a Constitución sale en un ratito, así que mejor me voy, te hablo segura para no caer en la tentación de quedarme para siempre. Salgo y paso entre rascacielos. Me acompañás a la estación, pero tu amigo también viene. Así que nos despedimos y después ya no hay nada.

18 de abril de 2009

La figurita difícil

Cuando era chica una de las cosas que más me gustaba hacer era coleccionar e intercambiar figuritas, para luego pegarlas en el álbum correspondiente. Claro que con esto no pretendo ser original para nada. Cualquier persona de mi generación lo hizo en su infancia. (Me pregunto si sigue existiendo la actividad entre los pequeños saltamontes de esta era).

Las figuritas eran de infinitos temas. Las de Frutillitas eran geniales, ¡como me copaban! Me acuerdo de que la campaña se llamaba "raspá y olé". Raspabas con la uña sobre la figurita, acercabas tu nariz y olías un aroma de frutilla, bastante artificial, obvio. Lo más gracioso es que se corrió un rumor que ahora a la distancia se me pone difuso: no sé si lo pasaron en la tele o fue más bien un mito urbano, que sostenía que en realidad las figuritas tenían merca, entonces cuando las olías, en realidad estabas dándote un saque. Seguramente no lo decían con esas palabras tampoco, usaban términos como "cocaína", “droga”.

Me divertía mucho ir a la escuela con el “toco de figus” para poder cambiar con mis compañeras. Esto consistía en hacer un intercambio en el cual ellas me daban alguna que tuvieran repetida y que yo no tuviera, y lo mismo hacía yo con ellas.

Eso sí: siempre había una figurita difícil. Luego de muchos años uno se da cuenta de que ahí entraban las reglas del negocio. Como al completar el álbum, uno se ganaba un premio, de una figurita hacían pocas para que sólo algunos lograran el objetivo.

Yo me cansaba rápido, muy rápido de la figurita difícil. Esa inversión de plata, de tiempo de búsqueda, de insistencia, de persistir hacia la meta me agotaba. Ningún álbum me parecía tan importante, tan relevante como para que yo dejara mi vida en completarlo. No me quería frustrar por tan poca cosa, quizás una pequeña sabiduría de infante ante todas las frustraciones que vinieron después.

No me gustan las figuritas difíciles. No me gustaron en ese momento, menos ahora. Acá no hay reglas de negocio. Y yo me considero una persona resuelta.

Por favor, ahora que salís, cerrá la puerta. Gracias.

Costumbre

Yo me sueno las rodillas. No sé hace cuanto tiempo ya. Años, eso seguro, pero no podría decir si hace dos o hace ocho. Me sueno las rodillas porque llega un momento en que voy caminando y siento como si hubiera algo suelto ahí. Entonces me freno y hago un movimiento que generalmente llama la atención (a mí no, claro está). Con la pierna quieta, meto la rodilla como para adentro, como si me pusiera chueca.

Eso. Nada más. Lo que pasa es que ayer lo hice, algunas personas me miraron, y me di cuenta de que no era algo común.

¿Seré la única que lo hace?

Olores

Ayer caminé desde Corrientes y Florida hasta Corrientes y Ayacucho. Me di cuenta de que viajo mucho en subte, y la esencia de la ciudad no la veo nunca. Las marquesinas de los teatros, los carteles pegados en las paredes, la gente apurada, las veredas rotas, la gente enojada, los andamios cada dos cuadras, la gente abstraída (feliz no vi a ninguno). Vi, escuché, me aturdí, pero sobretodo, olí. Es increíble la cantidad y diversidad de olores que percibí en ese trayecto. Muchos aromas de perfumes, muchos. Quiero que quede claro que fue más de lo que cualquiera pueda imaginar. Perfume floral, frutal, cítrico, fuerte, de vieja, colonia de abuela, perfume de hombre (estos no los sé distinguir, sólo los divido entre los que me gustan y lo que no me gustan), desodorantes de ambiente. Sí, y todo al aire libre. Tuve la sensación de que Buenos Aires en realidad es una enormísima habitación, tan enorme que no vemos sus paredes.

17 de abril de 2009

Máxima IV

No importa lo que esté sucediendo, de que ánimo te encuentres, el cansancio que tengas. Un vivo de Luis Miguel te levanta a full. Sobretodo en temas como "Suave", cuando lo escuchás al loco gritando "¿Cómo sigue?¿Recuerdan esta canción?"

Y ahí nomás suena... "♪♪Cómo explicar la magia que tiene su manera de enamorar...♪♪♪"

15 de abril de 2009

Chau

Ya no quiero pensar como me visto, como hablo, que digo, como me pinto, adonde voy, como miro…
Ya no quiero ser ocurrente, hacer un comentario a la medida de la circunstancia, montar la puesta para ser esa chica como pocas que siempre quiero ser.
Ya no quiero pasar una semana sin ponerme a escribir porque todo es inmundo, y esa mierda de la inspiración, y el cansancio y cuánta cosa...

Me harté. A pesar de su complejo de burgués, mi corazón también está limpio. Limpio de especulaciones, porque él sólo fluye con el día a día.

Ya no quiero ser el amor de la vida de alguien, vestirme de fiesta para ir de rumba, regalarle mi mejor sonrisa para que él sólo me de a cambio una mirada indiferente (y soberbia, ni hablar).
Ya no quiero verlos partir, ni verlos llegar.

Miro el mundo desde mi autismo, estoy ausente de todas esas cosas que quería lograr. El amor no debe ser un reto constante. A mí los desafíos me encantan, pero ya estuvo bueno, ¿no?

Ya no quiero creer que hay un hombre mejor, y que el problema es el tiempo, la distancia, los paros de subte, la crisis económica.
Ya no quiero sacarme fotos para colgar en el tender, no quiero caminar por los recorridos de siempre.
Ya no quiero pensar que lo que vos hacés siempre es mejor.
Ya no quiero estar arrepentida porque el tren ya partió de la estación, y a pesar de que estaba en el andén, fui una tarada que prefirió quedarse.


Me muerdo el labio, y poco importa si me lastimo. Me paro, y me voy dándole la espalda al plan magnífico que tenía, ese que no podía fallar. Me alejo llorando, y sé que me ven, y ahí siento vergüenza, pero ya fue, de todos modos no los volveré a ver. Uno se cruza todo el tiempo con gente llorando por la calle, y al rato ya ni se acuerda.

Ya no quiero quedarme, y repito que cuando me voy, no vuelvo más.

Ya no quiero. Ya no te quiero. Ya no los quiero.

Me morí.

11 de abril de 2009

cuando yo lloro siento que llueven párpados abiertos y cerrados de un cielo negro con nubarrones grises con aires calientes con cuchillos de punta.

cuando sonrío... cuando sonrío siento que canto con voz ronca.

cuando estoy triste intento jugar al yo- yo porque sé que no me sale.

cuando me obsesiono sueño todo en el contexto de una película yanqui.

cuando extraño me quedo muda y me late el ojo izquierdo, mucho.

cuando me voy intento no regresar nunca más.

cuando llego, llego para quedarme.

7 de abril de 2009

Ese señor Liniers

Ayer andaba deseándole cosas malas a una persona que no viene al caso. Pensaba, pensaba todo lo malo que le deseaba pero al final no se me ocurría qué, porque tan mala no soy, y termino por perdonar todo casi siempre (el casi es para que no me tomen por zonza).

Cuestión que después en un lugar al que fui me topé con Macanudo 6, un libro de este señor maravilloso que es Liniers. Así estaba, devorándome el libro de a poquito, cuando me topé con una tira que se llamaba "El Insultador" y que decía estas cosas (que le sigo deseando a esta persona no grata):

"¡Que tus dientes se muevan en direcciones oblicuas!
¡Que todas tus comidas tengan olor a fotocopia!
¡Que creas todo lo que dicen en televisión!
¡Que todas tus esperas te agarren impaciente!
¡Que te enamores de alguien diferente cada diez minutos!
¡Y que tus llaves nunca estén en el primer lugar que busques!
¡Paparulo!"

Genio. Liniers, genio.

Yo no sé si esta persona lee mi blog, pero adentro mío le deseo todo esto...

6 de abril de 2009

Negro



I know someday you'll have a beautiful life,
I know you'll be a star
In somebody else's sky,
but why, why, why
Can't it be, can't it be mine

4 de abril de 2009

Bis

Suena una canción de esas que te recuerdan a un ex, y me pregunto si es así, si después de la mierda queda eso tan genuino que alguna vez sentimos. Digo sentimos porque en aquella temporada de romance tormentoso yo sentía que la de la tormenta era sólo yo, hasta que mucho después de la decepción y la distancia un día sonó el teléfono y era él que decía: “Sos una mujer increíble”. Encuentro, desencuentro, nunca volví a verlo, y eso que teníamos unas ganas…

Entonces me sumerjo a través de ese mundo tuyo que a diario visito sin decirte, sin que te enteres, y me doy cuenta de que todos esperábamos algo, alguito de eso que vos no das (por lo menos a mí no me lo dabas), porque es como si la boa que dibuja Exupéry te enredara la cabeza. Pensaste que yo te estaba pidiendo amor, y yo no te pedía eso, ni la luna, ni una estrella, porque con eso no hacía nada (además eso ya lo tuve). Ya no te pido, me callo, me corro, me fui.

Yo te pedía magia, de esa que yo estaba segura que tenías, yo te pedía que me tomaras fuerte, pero que también nos pudiéramos reír del resto del mundo, de las formalidades, y bebernos una cervecita en la vereda, mientras me contabas esas anécdotas que me hacían llorar de risa. Yo te pedía que fuéramos amigos, pero a esta altura sé que no me vas a creer. Y al cabo de un rato yo tampoco me creo… La paranoia me toma por sorpresa una tarde de lluvia, mientras recuerdo tu mezquindad al hablarme, o el modo en que siempre te las arreglabas para hablar de vos.

Voy tras otra cosa, porque no me quiero quedar quieta. Porque soy como el perro que se corre la cola, no estoy pudiendo encontrar la manera de explicarte que yo valoraba eso que sos, eso que se llama personalidad.

A esta altura eras… porque ya no sos, porque cuando uno deja de querer al otro, el otro desaparece, se desintegra, aunque el nubarrón cada tanto…

Al final termino desencantada, no me interesa ya esforzarme, es verdad que la indiferencia mata. Comienzo a alegrarme de tus penas… Y ya sabemos cómo son estos finales…

Intuyo que un día sonará el teléfono y escucharé: “Sos una mujer increíble”.

Mejor hombre (no puede encontrarlo)

She lies and says she's in love with him
Can't find a better man
She dreams in color, she dreams in red
Can't find a better man, can't find a better man

28 de marzo de 2009

Los vengadores

Una mujer que se asoma por detrás, muy por detrás. Una mujer que aparece tímida, su imagen la atormenta. Una mujer que sale a la superficie a respirar, porque sabe que, inevitablemente va a volver a sumergirse en lo profundo. Una mujer insegura que canta bajito las penas del corazón. Una mujer que se frota las manos con fuerza para poner distancia del frío. Una mujer que se pone un vestido de fiesta, sale a la puerta, y se vuelve. No se animó.

La misma mujer toma un taxi, llora. Se baja y llueve a cántaros, no lleva paraguas, llora de nuevo. La misma mujer se aleja corriendo, se arrepiente, regresa, lo abraza, lo besa, se vuelve a ir. La misma mujer se queda sentada en ese cordón de vereda, está de pollera, no le importa. Él pasa, la ve, la mira, cruza la calle, le habla, ella calla.

Un hombre hermoso, sabe que es hermoso. Un hombre que se escuda tras sus mentiras. Un hombre que apuesta, pero poco. Un hombre que tiene miedo. Un hombre que duerme con la luz prendida, y siempre tiene junto a su cama, en la mesa de luz un cigarrillo y un encendedor. Un hombre con voz grave, casi ronca. Un hombre que está acostumbrado a hablar desde las alturas, pero cuando nadie se da cuenta, se baja, cabizbajo.

El mismo hombre se ducha y canta. Desafina. Se seca, se viste, no le importa lo que viste. El mismo hombre toma un trago antes de salir. Un licor fuerte. Sale hasta la puerta y vuelve por otro trago, siente que no tiene valor, piensa en ella y la extraña. El mismo hombre camina a paso rápido. La ve de lejos, se desentiende. Ya más cerca decide cruzar la calle. Le habla, ella calla.

Ambos sonríen mientras comienzan a creer que llegó el momento de la venganza.

Y se enamoran.

Duda

Leyendo una revista "Viva" reflexiono y me cuestiono: ¿Por qué los magos siempre, siempre se delinean los ojos de negro?

23 de marzo de 2009

Se pregunta muchas cosas. Es querer llegar a una profundidad que quizás no existe. Y en esa búsqueda de tanta profundidad llega la equivocación constante. Esa sensación de mierda de cuando algo no sale, o peor aún, la certeza inevitable de saber que lo que se hizo estuvo todo mal. Hace fuerza, mucha fuerza (ufff, como cansa) para cambiar esos mecanismos, maneras de caer en lo mismo de siempre. Monotonía, que no es lo mismo que rutina. La monotonía es esa mierda de comer lo de siempre, llegar y sentarse siempre en el mismo lugar, sonreír para la foto siempre de ese único modo. La lucha por ser otra es inútil, la esencia es una, unita sola.

20 de marzo de 2009

18 de marzo de 2009

El Sr. Miyagi

Salgo de casa, sí, sí, hoy un poquitín tarde. Canto. Suena "Last Kiss", la mañana irriga sol, soy feliz. Llego a la puerta del subte y me preocupa ver esas caras de hastío. Miro: la puerta del subte cerrada. No hay cartel de aviso, nada. "Bueno, resolver", pienso, "me tomo algo hasta la D". En la parada paranoiqueo con que la D también esté cerrada así que resuelvo tomarme el 24. Un viaje hasta el microcentro (Jefa ya está avisada). Puteo por dentro contra Buenos Aires y sus malestares cotidianos.
Una vez arriba del bondi, algo me calma. Observo, contemplo, caigo... Claro, nunca viajo en cole, nadie me apura, puedo ver a la gente, grabar imágenes mentales de todo aquello que ocurre mientras yo viajo bajo tierra.
Entonces miro...
Un chico muy lindo, hippie, con unas rastas sobre una cabeza rapada dobla por una esquina, seguro de hacia donde se dirige.
Una chica está apoyada en un poste y hace anotaciones en un cuaderno. (Y yo no puedo con la intriga)
En una vereda una pareja pasea con una nena de la mano. Llevan bolsas cancheras. Yo me pregunto siempre lo mismo: ¿no trabajan? ¿por qué pasean a las 12 de mediodía y compran?
Escucho Bajofondo y muevo los piecitos al lado de una señora enfadada y con cara de miércoles.
Pasamos por el Obelisco. Suspiro, porque como yo soy de allá lejos tengo alma de provinciana, y cuando paso por el Obelisco suspiro (así como lo escribo aquí en mayúsculas).
Me bajo y me doy cuenta de que estoy llegando bastante tarde, pero "Yellow Ledbetter" suena enérgicamente y me hace sentir que nada importa.
Nada tiene real importancia. Hay demasiadas cosas por hacer y pensar. Me doy cuenta de que me sobran ganas de hacer, de crear, de sentir. Pienso que es importante aprovechar estas ganas, para que en los momentos en que el deseo se retire, yo me pueda relajar.
Me siento sabia, sabia para mí, conmigo.

Encera, lustra, encera, lustra. Pinta la cerca, pequeño saltamontes.

15 de marzo de 2009

me encuentro
sola
despierto
sola pero
con una imagen
fuerte
pesadillas que
se
fueron por
ahora
ahorita
pienso que debo
cambiar
de estrategia
saltar al
vacío
nuevamente y con
ganas de que
esta vez salga
a la luz todo
se ve diferente
de
anoche cuando me
menosprecié
subestimé
sentí perder
la confianza se gana?
el amor se conquista
o simplemente estalla?

13 de marzo de 2009

Minita

Pero no minita de las que leen esas revistas como la Cosmopolitan, que, dicho sea de paso, la leí el otro día y me aborreció lo misógina que es, lo moralista. Si lees eso te volvés una loca paranoica que piensa todo el tiempo que su novio está con la mejor amiga, o con la compañera de trabajo. Creés que sos bárbara en la cama porque te dieron dos tips pedorros. Ni hablar de tener sexo en la primera cita, ni que él te pegue unos "chirlos" (puajjjjj) mientras lo hace, porque la revista ya te dejó en claro que eso está mal, que pasarías a ser de las "rapiditas", que así ningún chico te va a querer en serio.

Sí, re minita soy, y este es un blog re de minita. Y las cosas que me pasan son de minita.

Querer ser una chica de película, para dejar con la boca abierta a todos esos pavos, que el día que me despierto lúcida, me doy cuenta de que no son más que chaboncitos, que no hace falta ser Pampita con el cerebro de Focault para sorprenderlos, porque apenas sonreíste de costado, y te mostraste con otro, ahí están siguiendo el aroma como los dibujitos animados.

Soy minita, y una mañana salto de la cama rallada, y no quiero nada de lo que me ofrecen, o lo que me ofrecen es poco.

Como hoy, que con toda esta molestia encima, pienso que no me basta. Que hay que jugársela. Que yo no estoy a la vera del camino de nadie. No, señor, yo voy por la ruta, y si te subís bien. Y si te cruzás y morís bajo las ruedas, lo siento. Y si das vuelta en U y te vas para el lado contrario, te lloro dos minutos (porque llorar, lloro siempre, soy minita) y sigo adelante, que pueblos hay a lo largo de todo el país.

Soy minita, y me copo, y hoy me pongo mi mejor atuendo y salgo sonriente. Ustedes, muchachos, hagan lo que quieran. Total, excepcional hay uno cada tanto.

No, no te ilusiones, vos no lo sos.

11 de marzo de 2009

Chica de película

Y hoy que no me esperaba ninguna revelación... la tuve. Y me doy cuenta de que quiero ser una chica de película. Ser hermosa, porque las chicas en las películas siempre son hermosas. Decir un texto mordiendo mi labio inferior, con la mirada entrecerrada y hacia el horizonte...

Escena 1 - Recital indie - Noche

La chica ríe a carcajadas. Su pelo suelto se mueve al ritmo de su cabeza que se mueve de un lado para el otro. Cierra los ojos, siente la música. Desde el escenario, el chico la mira. Ella lo sabe, pero hace caso omiso. No va a rendirse en brazos de la estrella esa noche. Pequeña grouppie, pequeña grouppicita.

Escena 2 - Estacionamiento - Amanecer

Más hermosa aún que en la escena anterior, la chica revisa su bolso. Lo deja en el piso, y lo revuelve. Encuentra sus llaves y hace una mueca de costado, como acordándose de algo. Sube a su Chevy descapotable y arranca a alta velocidad. Nuevamente su pelo se mueve al viento. Ella sonríe con la satisfacción de saber que esa estrella ya es suya.

5 de marzo de 2009

Pre

Cinco minutos antes de lanzarme al vacío siempre pienso lo mismo: "¿Por qué me someto a esto?". Después la paso bárbaro.

Horas de vigilia. Temblor constante. El peso de mis manos sobre el teclado, los piecitos dudosos, la mirada con dolor de entrecejo. El estómago vacío y dolido.

Hoy Rocío ve la luz.

¡Cuanta felicidad! La sensación es la de cuando te gusta mucho, mucho un chico, y tenés mariposas en la panza... La de cuando te levantabas al otro día de Reyes e ibas a ver los regalos que te habían dejado... La del primer beso (el primero que te gustó, jeje)...

Relajación de yoga...

3 de marzo de 2009

Subte línea B

Una chica va en el subte, parada al lado de la puerta. Alza la mirada, se encuentra con aquellos ojos. Se miran. Se miran. Él es lindo, tiene rulos, bigote. Pinta de desfachatado. En cierta estación intermedia del recorrido, él se baja. Sostienen la mirada hasta que él se pierde en la salida a escalera mecánica, ya con un pucho en la boca.

Próxima estación: el subte se detiene. Por el andén camina otro muchacho. Viste a rayas, está despeinado. También es lindo. Pinta de chico moderno y cool. Se miran con la chica. Se miran. Se miran. Sostienen la mirada hasta que él se pierde en la salida a escalera mecánica, con cara de tedio de ir a trabajar.



Y ella siente que acaba de cometer infidelidad.

2 de marzo de 2009

Rocío en el ciclo Óperas Primas


rocío
de lucía panno
actuación paula pichersky y aluminé cabrera
diseño gráfico leandro ibarra
ilustraciones ana carucci
diseño de luces javier casielles
música original ignacio margiotta
escenografía y vestuario mariana tirantte
co-dirección luciana carrasco
dramaturgia y dirección lucía panno

Estreno 6 de marzo
viernes 21.30 hs (marzo y abril)
entrada $20

Sala Cancha
Centro Cultural Ricardo Rojas
Corrientes 2038 - Buenos Aires

23 de febrero de 2009

Algo de hoy, algo así nomás

Muchos días, muchas cosas. Reencuentros, cierre de puertas y apertura de ventanas.

Retomando la idea de que siempre es una buena y una mala, o, mejor aun, algo re cope, algo que me divierte, algo que no me cabe tanto pero igual lo hago…

Soledad, independencia, libertad. Tomar todo el tiempo decisiones que me hacen bien. Poder ser coherente entre lo que pienso, lo que digo y lo que hago. Ya eso es todo un privilegio.

Poder ver magia donde antes no lo había visto, poder disfrutar en aquellos lugares de los que usualmente huía.

Observar el paso del tiempo como algo tan positivo, que sirve para aprender y, sobretodo, para darse cuenta de que uno no siempre tiene la posta (yo en algún momento creía que sí, ¡que infame!)

Sí, sí, todo muy de Pastora Irma. A veces uno piensa que esto no existe, que el equilibrio es algo que está más allá. Yo encontré "un equilibrio", el que me sirve a mí. No dejé de estar un poco loca, pero ahora es menos.

Por lo demás me aburro. Me aburre escribir en este momento. Estoy más dedicada a vivir, a conectar, a sonreír.

¡Buenas vibras!

17 de febrero de 2009

En joggin

Mi mamá me ama, mi mamá me mima. Mi mamá me aguarda en la planta baja para compartir un fernet. Mi mamá alquiló una película muy pochoclera para que yo esté a gusto. Mi mamá me dejó dormir una siesta larguísima bajo los efectos sanadores de un ventilador de techo.

Sé que mejores cosas han de pasarme en la vida, pero hoy la comedia romántica, el helado y el joggin que tengo puesto, son los elementos de una felicidad plena, colmadora.


Yeah, baby!!!

13 de febrero de 2009

Conexión

Lost in admiration...

Lost in admiration...

Lost in admiration...

No puede parar de escuchar The Cure. Cada frase le abre un mundo distinto, al cual ingresa loca de felicidad y en el cual se queda viviendo un ratito, mientras sonríe, baila, cierra los ojos.

No puede parar de soñar, de vivir, de tomar aire y luz a borbotones. Hay mucha claridad reinando este cielo, hoy, que el sol está alto, hoy, hoy, hoy, hoy. Mañana no importa.

Pretender parar fue una locura. Hacer de cuenta de que las cosas no ocurrían verdaderamente fue parte de ese mecanismo horrendo que aparece cada tanto para evitarse el gran disgusto de ser feliz, de ser y ya.

Por suerte se dio cuenta a tiempo. Por suerte conectó con la realidad. "Los años no vienen solos"- piensa- "a veces para bien, y a veces para mal, esta vez para bien, mucho bien".

Las fiestas, los globos, las amigas, el sol, los equívocos, los aciertos, el calor, esa casita con la pared color coral y tantas risas de madrugada... Todo hace bien.

Vacaciones. Libertad. Felicidad, de la buena...

12 de febrero de 2009

Sean Penn

Me abrazo a Sean Penn, fuerte, muy fuerte. Estamos muy enamorados. Nos miramos de una manera genial. En un momento estamos sentados en un cantero en una vereda de un Laverrap. Pareciera ser Palermo. Yo estoy al lado de él, abrazadísimos los dos, y al lado de él está Madonna (sí, guacha, su ex). Parado hay un chico muy atractivo. Sé que es un actor de Hollywood, pero no puedo ver su cara bien, me da la sensación de que es un John Travolta más joven (y más flaco). Charlamos todos animadamente. Después voy a la facu, las aulas parecen salones de hospital, somos muchos en el curso. Me peleo con un profesor a los gritos porque quiere dar una clase el domingo a las seis de la tarde, justo cuando yo tengo ensayo. Le digo que no puedo cursar ese día, y me manda a hablar a Secretaría.
Cuando me veo con Sean le cuento todo esto. Estoy medio angustiada, creo. Al rato me dice (él habla en castellano pero con acento yanqui) que me quiere ayudar. "Quiero comprarte un televisor", ese es su texto.
Me pongo re contenta, pienso que las chicas se van a alegrar cuando les cuente.

Me despierto. Pienso: "¡Sos Sean Penn! ¡Comprame un PH de 6 ambientes en Palermo!".

¡Ay! Que desagradecida...

11 de febrero de 2009

Un variadito de puro acelere

Paulita (que es más que una fiel lectora de este blog!) me pide monólogo para que la haga reír el día de hoy... Mmm... tarea de payaso... No puedo con eso. Pienso (sí, básicamente es lo que más hago en mi vida) que estoy con la Cabeza en varios temas, variadas cosas que suceden, todo un desvarío. Ayer había escrito toda una cosa para publicar acerca de una mancha que me salió en un lunar, que despertó mi más furiosa hipocondría. Así iba por la vida en ese día martes, creyendo que tenía cáncer (ay sí, sé que es fuerte decirlo así, y ya me han reprendido por eso) y pensando en mi última voluntad, cuando saliendo de la burbuja laboral a las seis de la tarde me sorprende una lluvia torrencial. Yo, que estoy ahí de musculosa y ojotas, advierto que... ¡Todo el mundo tiene paraguas! ¿Cómo puede ser? ¿Quién les avisa que a la tarde va a llover? ¿O nacieron precavidos? Yo ayer mismito a la mañana escuché a Magdalena, escuché el pase de Magdalena a Víctor Hugo, escuché a Víctor Hugo, pero se nota que estoy en cualquier otra órbita porque así me fui al ensayo, empapada de lluvia y felicidad. Ah sí, porque ahora ando toda feliz, estoy conectada, n' sync con la vida misma.

Se acerca un fin de semana con superposición de planes. ¿Qué hacer? ¿Qué no hacer?

Por Dior! Diría mi amiga María, que para ella la moda es una religión...

6 de febrero de 2009

Una cosita de ayer a la noche


" En el amor y la guerra, todo vale... Y hay gente que se toma eso muuuuy a pecho"

Máxima III


"No hay nada más triste en el mundo que el suplemento Pymes de Clarín"

Oído en un ascensor

"Sabés que, Roberto? Te las merecés a esas chicas que salen con vos, que creen que Juan Gelman es el dueño de la mayonesa"

(Gracias, Majo!!)

4 de febrero de 2009

A Night Like This (o That)

Es un poquitito verdad que The Cure cura. Etapa de The Cure en grandes parlantes/ auriculares a lo largo y a lo ancho de esta vida de ahorita ahorita. Y el alma en pena que viene arrastrando la pata coja se alivia un poco. (Ufff!!! cuando estas palabras cobren un destino medio Iván Noble alguien me avisa, si? Nada de "mochilas cansadas" o algo por el estilo, que asco!)

A Night Like This sonando fuerte, fuerte, fuerte. El cuerpo tieso, de él no salen más que quejidos, pero también ganas de bailar y de gritar... "Say goodbye on a night like this". Sí, eso sucedió. Pero no todos saben inglés así que me sería grato ver a alguien buscando un diccionario, o pidiendo a alguien que le traduzca la frase. "Decir adiós en una noche como esta", eso quiere decir. ¿A alguien le suena? ¿Quién no ha dicho adiós en una noche como esta? O como esa. Esa noche, sí, esa, sí. La que usted está recordando, sí. Salvo que haya dicho más de una vez "goodbye" en una noche como esta... Ah, sí? Bueno, entonces ninguna excepción. Nadie se sienta ofendido, ni triste, ni... bueno, un poquito malos somos todos alguna vez.

"Pictures of You". "Pictures of You". "Pictures of You". Y yo sólo pienso: "Say hello on a day like today". Ahora que retumba un poquito de todo en cada rincón.


(Nunca me he sentido excepcional... hasta ahora)

26 de enero de 2009

Tedio de lunes

Me levanto. Así de dormida como estoy, me pongo a revisar la colección de revistas de abajo de esa mesa tan linda. No me lavé los dientes, no me tomé ni un mate. Busco, busco respuestas, busco que alguien lo haya dicho por mí. Quiero encontrar las palabras justas para este momento, y de paso la solución para mis males (pero soy conciente de que eso ya es pedir demasiado).
Ayer me dormí muy tarde, porque me quedé escribiendo eso del buen querer, de los que quieren bien. Entonces ahora quiero encontrar que alguien más lo diga, que alguien más lo desee, y, sobretodo, que a alguien más le haya pasado que no lo quieran bien, y lo cuente.

Finalmente, me llevo una revista cualquiera, y pienso que si no encuentro nada, no importa, me leo un cuentito inédito de esos que terminan por no gustarme, y al que le hago una crítica defenestrante (en mi Cabeza, obvio, no vaya el mundo a pensar que tengo el tupé de una crítica).

Salgo. Salir a la calle me parece un tedio, Buenos Aires me parece un tedio. En el subte lagrimeo un poco, no sé, estoy sensible. Es que estoy con un pasito adentro de algo, y un pasito afuera, como yéndome. Me voy, me voy, me voy...

Llego. Lunes. Calendario. MSN, Facebook, Blog. Tanta conexión para estar desconectada de lo que realmente me pasa. Igual sé que es un cliché hablar de la incomunicación en la "era de las comunicaciones", si lo dice Galeano es una cosa, pero si yo lo escribo en un blog es totalmente distinto. Peor, sí, sí, si yo lo escribo es peor.

Ahora ya me voy. Me voy de mi lugar de trabajo. Me voy del microcentro. Y también me voy un poquito de... ese lugar que no me está gustando.

Como me dijo hoy mi amiga Pau: "esto de ser minita..."

19 de enero de 2009

Palabras de chica tonta

Me pasa que hoy no me gusto, ni un poco. Amanecí miedosa, y con complejo de chica tonta. Me pasa que no me gusta lo que escribo, y lo hago igual, porque desde chiquita que canalizo por ahí. Me pasa que hay un cierto regodeo en este ataque a mi misma. Y cierta impunidad en publicarlo acá, cómo no!

Me pasa que ahora me persigo porque mis hermanos son malos y me dijeron: “Tu blog es como un diario íntimo”. Y ahora que lo miro, sí, es un vómito de mi realidad. Y me parece más de tonta aún.

Me pasa que estoy en un lugar del que me quiero correr y no puedo, por más vueltas que le de al asunto, caminando por el barrio. Y que nunca es ni soy suficiente. No hago todo lo que quiero, no resalto, ni estoy opacada. Y lo peor: me pasa que siento que soy la única a la que esto la corre y desvela.

Me pasa que todo es nuevo, pero no todo es lindo. Aunque algunas cosas sí, y mucho. Y entonces sonrío, pero enseguida me parece de tonta sonreír así.

Me pasa que estoy loca, y que mañana miraré con desprecio y cierta ternura estas palabras.

18 de enero de 2009

Fabricio II

Un domingo en el asfalto, el calor, el aburrimiento de la ciudad sumida en un verano que pasa en otros lados, menos acá.
Mi amigo ya partió. Mi almita se llenó de regocijo de verlo, de caminar por Buenos Aires como antaño, de beber unas ricas cervezas al ritmo de nuestras charlas eternas.
Ahora quedan todos esos modos de contacto que amortiguan la distancia, pero que no alcanzan para que este domingo no sea tan gris, tan vacío.

Me quedo con su sonrisa de sol y con su abrazo de "pana". Con el pequeño mundo que pudimos construir en estos días.

Y, sobretodo, con la felicidad de saber que existimos, que siempre nos vamos a querer, que siempre nos vamos a encontrar, acá, allá, o donde sea, porque el mundo le queda chico a tanta amistad.

12 de enero de 2009

Una tarde en particular

Se había olvidado de que este río tenía corriente. Y también se había olvidado de que el agua era helada. Así que en la orilla, con las piernas metidas hasta la rodilla, la estaba pasando mal. Miraba el agua, clara, clarísima. Intentaba que las piedras le arrojaran el mensaje. Pero nada. Al mismo tiempo sabía que era una estúpida por pensar así. “Sé que las respuestas están adentro mío, pero es que me da pereza buscarlas”. Pereza de alma, como cuando no tiene ganas de hacer una cosa, porque sabe que el resultado no va a estar tan bueno. Comenzó a cantar la canción que le venía de la noche anterior: “Miraba el cielo justo a tiempo…” Hacía mucho que no escuchaba esa canción, y mucho más que no la bailaba, y sonreía al recordar que la había bailado como en los viejos tiempos. “Dale, metete, no seas cagona”. El grito interrumpió sus pensamientos. Era meterse y ya, ella sabía que la cosa iba a mejorar una vez que se hubiera sumergido. “Todas esas estúpidas analogías con la vida”, se dijo a sí misma. Podía abandonar ahí, darse vuelta, subir la escalerita e ir a tomar una cerveza bien fresca a la sombra, o bien meterse y bancarse el frío, con la ventaja de sentir, como hace años no sentía, que la corriente la llevaba sin que ella tuviera que hacer un esfuerzo. “Esas estúpidas analogías con la vida”, se repitió. Contó para adentro “1, 2, 3” y se zambulló. Y la sensación fue muy buena, el agua le sentó espectacular, la despabiló. Y en ese momento, por un segundo, apenas unos instantes, se respondió que sí.