2 de enero de 2009

2009

Nuevo año, nueva casa, nueva vida.
Nuevos temores, nuevos riesgos.
Nuevas sorpresas, nuevos sabores.


La risa intacta, el cuerpo dispuesto, el alma sanando. La Cabeza a medio despejar, los ojos bien abiertos. El corazón late fuerte, aún no se recupera del salto al vacío del Año Viejo.


Me dispongo a atravesar este Nuevo Año con una sola premisa:

vivir.


Lo cual no es poco.

No hay comentarios: