24 de mayo de 2009

Onofra



Ayer murió. La mataron.
Puedo jurar que era imposible no ser feliz cuando ella me miraba. Ella sabía perfectamente que era mi preferida, y aprovechaba esa condición.
Onofra me vio llorar, reír, putear, me vio irme y me esperó al llegar, aunque eso sucediera cada tanto, cada mucho más que lo que ella y yo deseábamos.

3 comentarios:

Anonimous dijo...

Puedo dar fe de que Onofra era la perrita mas hermosa y dulce del mundo. Que, coo dice La Mujer Con Cabeza, no podias no estar contento cuando ella estaba ahi.
Un cobarde sin alma, sin corazon y sin vergüenza la enveneno y merece ser castigado. Que sufra, que vaya en cana. Que pague lo que le hizo a un animalito hermoso.
Te voy a extrañar, Onofra.

Anónimo dijo...

Injusticia si las hay.. gente de mierda hay en todos lados.. Creo que con la mascota de la vida creas una relación única.. Cuando lloras estan tristes..cuando reis estan contentos..escuchan sin juzgar..o por lo menos no lo expresan..son únicos..

Besos a Onofra y abrazos para vos..

Lau

Aluminé dijo...

Snif, snif, snif, la sigo llorando.

Era única...