15 de septiembre de 2008

Lo que no...

Sale del trabajo. Siente que la ciudad la devora, la come viva. Camina por Florida encapuchada, hay días en que quisiera flotar, no sentir que está inmersa en toda esta cotidianeidad. Trabajar, cocinar la cena, trapear el piso, mantener conversaciones coherentes. Todo le pesa.

Tiene un nudo en la boca del estómago. Hay respuestas que no encuentra a las miles de preguntas que se hace por minuto, por segundo. Hay dolores que siguen doliendo, que cada tanto emergen, que sobrevuelan y la invaden.

La primavera no llega nunca, el frío le sigue calando los huesos. Su cuerpo no registra diferencia entre tres o quince grados. Sus manos tiemblan.

“Sos una atormentada, por eso vas a ser una gran actriz”, le dijo una vez su hermano mayor. Nunca pudo olvidar tamaña conclusión. Fue en un bar de cordillera, ella lloraba por un amor que no fue. ¿Será eso? ¿Serán sus tormentos los que la hacen sentir fuera del mundo?

Definitivamente no combina con el paisaje citadino. Hace rato que no camina descalza por el pasto, que no admira la inmensidad del mar, que no se sienta a la vera de una cascada, que no respira aire sin smog.

Está atada al deber, no deja nada librado a la suerte, tiene plazos que cumplir para todo. No usa agenda y, sin embargo, toda su vida está programada, diagramada. Aún así no llega. ¿Adónde no llega? Ni ella lo sabe. Establece miles de medios para llegar a miles de fines que va olvidando en el camino.


Loquenofue
loquenoes
loslibrosquenolee
laspelículasquenove
losplanesquenoconcreta
loslugaresquenovisita.

Todo eso, así junto y desordenado habita esa cabeza, esa gran cabeza. Es hora de parar.


¿Sabrá cómo?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un humorista uruguayo llamado Leo Masliah escribió un cuento corto llamado "Cambio de cabezas". Un personaje, cansado de su cabeza, se cruza con otro en su mismo estado. Y el primero le propone que hagan un intercambio de cabezas. Acepta. "A" tiene la cabeza de "B" y Viceversa.
Al principio les gusta el cambio. Lo disfrutan. Luego ya les incomoda, e incluso uno de los personajes opta por dejarle la cabeza a un tercero. Uno sin cabeza, el otro, con dos.
La Mujer COn Cabeza puede probar eso quizás. Cambiar la cabeza. Y no con otra persona. Sino metafóricamente hablando. De eso se trata el cuento de Masliah.
Se puede cambiar la cabeza.
Pero eso si, nunca dejar la escencia en ese cambio.

Emiliano dijo...

Hola, estuve leyendo este texto y me gusto mucho, es como melancolico, yo soy melancolico, una vez me dijeron que era como un tango, jejeej y creo que tienen razon...
Te felicito

Anónimo dijo...

ya llegará la primavera
y
loquenofue
loquenoes
loslibrosquenolee
laspelículasquenove
losplanesquenoconcreta
loslugaresquenovisita
ya no le pesarán
porque todo es más lindo en primavera.
ailaviu♥
neta

Aluminé dijo...

Gracias, Emi, para ser un tango te conservás bárbaro, cua! Me re alegra que visites mi blog!

Ann, como siempre bellas palabras de un bello ser, te adoro hartísimo.

Anonimous, no creas que el temita de "change" de cabeza no lo tengo presente! Cuesta, cuesta.
Esto empeora... ¿Quién sos?

Adórolos a todos!!!!

Unknown dijo...

Mi conclusión es Si,...es hora de parar...
Y mas que cambiarse la cabeza, creo que es sano cambiar nuestra vision, calzarnos unos anteojos que filtren los prejuicios, los esquemas sociales, las presiones auto-impuestas y nos permitan ver las cosas de modo diferente, o mas que diferente, "real", osea no condicionadas por esquemas mentales propios, los cuales fueron moldeados a gusto y piaccere de los personajes que participaron de nuestra crianza....y darle un toque mas de esperanza y confianza en el fluir de la vida...

Cuando uno logra confiar (como dije antes en el fluir de la vida o en nuestro propio proceder)...la cabeza descansa...y la podemos soportar un tiempito mas...sin tener que cambiarla por un modelo mas "liviano".


Te quiero Mujer con Cabeza!

Romy

PD: O Duranchi para los amigos...