17 de diciembre de 2008

Ciclotimia de cyber

Acabo de cruzarme en la peatonal Florida con Willem Dafoe. Hoy comí un cuarto de helado que me cayó mal, a la panza y a la culpa. En el trabajo estuvimos tres horas sin luz. Y ahora estoy haciendo tiempo en un cyber tan... no sé como describirlo. Turistas me rodean y escucho sin entender nada de sus dialectos. El teclado está muy sucio, y como broche, de fondo suena un tango terriblemente for export.

Así todo mezclado: Willem Dafoe (que ni siquiera estoy segura de estar escribiéndolo bien), los turistas (sobretodo el que conversa por celular al lado mío, y al que no le entiendo ni un monosílabo), el tango, mi dolor de panza. Nunca termino de aceptar que Buenos Aires es así, el caos, el orden, lo bueno, lo feo, lo malo, lo estúpido, lo cursi, lo solemne, la vanguardia, lo clásico, lo extraño, lo más normal, lo triste, lo bizarro. Todo junto. Creo que la ciudad y yo nos seguimos amando porque somos iguales: tan ciclotímicos.

Y acabo de leer una poesía que me partió la Cabeza y me animó el corazón, por muchas razones, pero sobretodo porque estoy convencida de que habla de mí.

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