9 de noviembre de 2008

Eh?

Inestable.
Dicen que después de la tormenta siempre llega la calma. Nada es seguro, nada se define. El tiempo aguarda mis decisiones mientras yo estoy quieta, sin poder pensar siquiera.
Indecisa.
Quiero gritar mis secretos, quiero develar los misterios que me oprimen. Nada. Estoy muda.
En esta búsqueda del tesoro, las claves están enterradas en el futuro. Difícil, porque debo llegar allí para entender.
Vacilante.
¿Cambiar el rumbo definitivamente? ¿Elegir aquello y no esto? ¿Resignar lo conseguido?
Invierto en canales de comunicación que finalmente me incomunican.
Inentendible.
Estas palabras acaban por construir un discurso totalmente enigmático que ni yo misma soporto. Pero así estoy. Mi cabeza me manda señales incomprensibles, casi jeroglíficas.
Lo hago, no lo hago, lo hago, no lo hago…


Me pregunto que se interpretará de todo esto…

No hay comentarios: